Zaragoza.- Como las mujeres que fueron solas al sepulcro de Jesucristo. Así ha procesionado la congregación de Esclavas de María Santísima de los Dolores con su Virgen de la Soledad vistiendo de luto Zaragoza. Una procesión que ha transcurrido por las calles del Casco Histórico en silencio que sólo se rompe por el sonido de dos campaniles que las hermanas de la congregación llevan consigo.
La presidenta de la Cofradía, Carmen Etallo, ha explicado que en este día quieren “venerar a la Virgen de la Soledad en el día de Sábado Santo que es día de luto y hacemos una visita como las mujeres del Evangelio al Sepulcro”.
Las Esclavas de María salen a la calle con la Virgen de la Soledad que va vestida de negro con una capa realizada con los azabaches, lentejuelas y cristales que las hermanas le entregan de sus vestidos de novia. Sin joyas en la corona, tan sólo luce sobre el pecho una condecoración concedida al paso durante el reinado de Isabel II.
La procesión ha recorrido el barrio de San Pablo hasta que lo ha abandonado para ver a su hijo muerto, el Cristo de la Cama, que se encuentra en la Iglesia de San Cayetano, escoltado por los Hermanos de la Sangre de Cristo. Allí, las esclavas han besado los pies de Jesús yaciente.
Esta cofradía está formada íntegramente por mujeres, siendo la única en Zaragoza. Así, Etello ha señalado que los únicos hombres que les acompañan son los “hermanos” que forman el grupo encargado de llevar las imágenes de la congregación. Por esto, confía en que las mujeres de la capital aragonesa se animen y “vengan con nosotras”.
A este respecto, ha añadido que ya empiezan a tener alguna chica joven y alguna adolescente que les acompaña. La cofradía está compuesta por unas 170 mujeres y este Sábado Santo han salido unas 57 ó 60. “Como todas las Cofradías tienen sus subidas y sus bajadas, pero ésta siempre suele estar un poco a la baja. Pero esperamos que lleguen tiempos mejores”, ha apuntado Etello.
Las Esclavas de María se fundaron en el año 1866 y su origen tiene lugar en un grupo de catequistas que desearon participar en los actos de la Pasión de la ciudad. Es una de las más antiguas de Zaragoza. Su anagrama es un corazón blanco coronado por unas llamas y atravesado por una espada dorada.
El hábito que lleva esta congregación está formado por una túnica negra con pala central y dos pliegues laterales, por delante y detrás. Además cuenta con un cordón blanco en la cintura, con tres nudos en un extremo y cuatro en el otro, que simbolizan los siete dolores de María Santísima. Sobre el pecho, las Esclavas portan un escapulario de la Virgen de los Dolores. En la cabeza, cofia negra, que sujeta un manto de luto, que cae por detrás, casi hasta el borde de la túnica, y por delante, hasta el pecho, tapando la cara. También llevan guantes, zapatos y medias negros en señal de luto.
Especial Semana Santa
