Leonor Lalanne: "Lo único que espero es que el lector pueda disfrutar de la novela tanto como yo escribiéndola"

Leonor Lalanne ha publicado su primera novela "El Secreto de Kirchland". Una obra que, ambientada en la Edad Media, ahonda en los sentimientos de sus personajes. Además, esta nueva autora ha llevado a lo más alto un negocio familiar del que es miembro: Bodegas Lalanne.

Zaragoza.- La barbastrense Leonor Lalanne se ha lanzado en un nuevo proyecto, esta vez literario. Esta autora ha presentado su primera novela “El Secreto de Kirchland”, una historia ambientada en la Inglaterra de la Edad Media. Además, esta promesa de la literatura española forma parte de un negocio familiar: Bodegas Lalanne. Una bodega centenaria que también se encarga de la organización de eventos. 

Pregunta.- Lleva escribiendo desde pequeña cuentos de Navidad y pequeños relatos, ¿cuándo se lanzó a escribir relatos más largos y cómo llegó a esta novela?
Respuesta.- Desde pequeña, el día de Navidad, tenía que ponerme un espumillón en la cabeza y recitar un cuento y todos acababan llorando. Escribía cuentos muy bonitos. Recuerdo que cuando mi hijo hizo la Confirmación yo escribí un cuento en los recordatorios, por casualidad llegó a manos del obispo, le encantó y fue publicado en su revista. 

Como me encanta leer, leía muchísimo, pero de repente me di cuenta de que quería contar algo, no me valía con leer, sino que yo tenía una historia dentro, lo que pasa es que no sabía cuál era. Un buen día me senté, sin tener una idea preconcebida, delante del ordenador y empecé a teclear... y empezó a salir solo. 

Todo el argumento de lo que iba a ser "El Secreto de Kirchland" fue sin pensarlo, pero en ese momento empecé a decidir cómo iba a ser la novela. A partir de entonces fueron naciendo unos personajes que empezaron a crecer y a relacionarse entre ellos poco a poco. Está ambientada en la Edad Media, por lo que fui documentándome a medida que iba escribiendo porque quería que estuviera perfectamente ambientada. A través de sus ojos y de sus vivencias describo cómo era la vida en estos lugares y, sobre todo, no solo las costumbres, sino lo que sentían, lo que vivían y cómo lo vivían. Es una novela de sentimientos.

P.- Como ya ha comentado, que esté ambientada en la Edad Media es mera casualidad, ¿cómo ha sido la labor de documentación a la vez que iba escribiendo?
R.- Se me ocurrió ese argumento y me adentré en la baja Edad Media, que es una época fascinante. Me gustó tantísimo que descubrí que podría enriquecer la novela con la documentación. Pero, exactamente, no fue que yo conociera la época y quisiera situar la novela en ella. Aunque no es una novela histórica, sí que está anclada en momentos históricos que se cuentan en la novela. 

P.- Además, la finca en la que vive tiene un pequeño bosque y un río que aparece en la novela. ¿Este es el origen de Kirchland?
R.- Los viñedos tienen un río que los atraviesa y por su orilla nos gusta mucho pasear. En esas orillas me inspiré para escribir muchos de los pasajes de esta historia. El río es algo muy romántico, es el escenario donde algunos personajes se enamoran y donde pasan hechos muy significativos de la novela.

Las Bodegas Lalanne tienen 120 años de tradición
Las Bodegas Lalanne tienen 120 años de tradición

P.- Es una historia con muchos personajes y todos ellos tratan de alcanzar la felicidad, ¿a qué se debe?
R.- Como en la vida misma, todos luchamos para conseguir ese único objetivo. Estos personajes viven intensamente y hay mucho amor, odio, intrigas, pasiones, venganzas, amistad, lealtad… todo ello para conseguir la felicidad.

P.- ¿Cuál es su personaje favorito?
R.- No sé si podría quedarme solo con uno. Me encanta el pequeño Peter, que es el comienzo de la novela y quien la finaliza. Pero también están los niños protagonistas, Philipe y Eduard; esas mujeres con tantísima fuerza como son Lady Marian y Sara Waldon, que tienen una evolución tremenda y una intensidad que te engancha. Evolucionan mucho en sus sentimientos y te sientes identificado en muchas de sus vivencias, aunque no sea exactamente lo que nos puede pasar hoy en día. 

P.- Esta novela tiene un tinte autobiográfico, ¿cómo es este detalle?
R.- Uno de los personajes viaja a Burdeos, donde conoce a un personaje entrañable Francois Lalanne. Mi bodega se fundó en Burdeos en 1842 y, a pesar de que no hay ninguna referencia histórica de que en 1930 hubiese ningún Francois Lalanne que en ya estuviera cultivando la viña y elaborando vino, tampoco la hay de que no existiera. Por eso, he querido plasmar lo que mejor conozco que es la pasión y el amor de la viña y del vino. Y de la mano de este personaje nos enamoramos de este mundo que nosotros en la finca vivimos tan de cerca. 

P.- ¿Cómo ha sido esta aventura desde que escribe el libro hasta que lo publica?
R.- Ha sido una aventura maravillosa en la que nos hemos embarcado con Gráficas Editores, que es el sello editorial de Gráficas Barbastro, y ha sido estupendo porque me han permitido decidir juntos cómo hacerlo todo y me han dejado participar muchísimo. Han tenido mucha paciencia conmigo y he disfrutado mucho en ese proceso de idear cómo iba a ser el final físico de la novela. 

P.- ¿Graficas Editores le ha animado a volver a escribir?
R.- No es que me anime a una segunda obra con ellos, sino que la segunda novela está ya en proceso. No es una continuación de "El Secreto de Kirchland", sino que es una temática diferente con un argumento diferente y por supuesto que espero seguir con ellos. 

P.- Es una novela que atrapa. ¿Cuál es su secreto?
R.- El secreto es que es una novela muy amena y que te engancha con unos personajes que viven sus sentimientos con una intensidad tremenda, de una forma muy atractiva. Es una novela escrita con una única finalidad: disfrutar. Yo disfruté tanto escribiéndola que lo único que quería era transmitir ese sentimiento. Lo único que espero es que el lector pueda disfrutar tanto como yo escribiéndola y que lo cuente, que cuente que le ha gustado "El Secreto de Kirchland".

P.- Sus bodegas son de tradición familiar, alrededor de cien años de historia, ¿cómo han ido haciéndose más conocidas y cómo han reforzado su marca?

R.- Lo más curioso es que hemos podido mantener toda la esencia de una bodega artesanal de 120 años al mismo tiempo que nos hemos adaptado a los tiempos actuales. No solo con las visitas de fin de semana, sino que se realizan eventos en un marco diferente, un encanto único de una bodega centenaria, al mismo tiempo que aportamos toda nuestra pasión por el vino. También nuestra pasión por realizar unos eventos a medida, personalizados, donde todos se sientan que es el día más importante de su vida, que es lo que querían y que se sientan como en casa. 

P.- ¿Qué es lo que les hace diferentes?
R.- Lo que nos diferencia son las personas que formamos Bodegas Lalanne. Somos un equipo humano que lo damos todo. Más de las 24 horas que tiene el día, esa es la diferencia. 

Su novela tiene una pequeña parte autobiográfica
Su novela tiene una pequeña parte autobiográfica

P.- Creo que uno de sus vinos lleva su nombre “Leonor Lalanne Merlot”, ¿es una tradición lo de poner nombres familiares a sus vinos?
R.- No tengo ningún antepasado que se llame como yo, Leonor Lalanne. Hay vinos con los nombres de mis hermanas, pero es una tradición que comenzó aquí. Tres hermanas tres vinos. De alguna forma, estás personalizando aún más algo que es muy personal porque es una bodega totalmente familiar. 

P.- ¿Cómo compaginan todo esto?
R.- Lo compaginamos porque no paramos. Sacamos el máximo de tiempo para poder llegar a todo: viña, elaboración, comercialización… y, además, para poder organizar y preparar esos eventos. Estamos siempre allí, es decir, estamos siempre presentes, tanto en las visitas como en los eventos y logramos transmitir que pueden estar muy tranquilos confiando en nosotros, esa es la clave. 

P.- Futuros proyectos, fechas.
R.- Continuar con nuestro trabajo ya es muchísimo. Cada año vamos reformando y ampliando nuestra bodega, que es muy bonita, pero, al ser tan antigua, cada año tienes que arreglar algo, siempre mejorarlo para dar más y mejor y no quedarte atrás. En el momento en el que no haces nada ya estás atrás, entonces siempre tienes que estar haciendo cosas para ofrecer más servicios y cosas más bonitas cada día a las personas que vienen a visitarnos.