Susana Monzón: "La contaminación ambiental ha aumentado el número de alérgicos a pólenes"

La primavera es la época del año en la que hay un mayor nivel de polinización de las plantas. Este acontecimiento se traduce en alergias para el 20% de los españoles. La alergia a las gramíneas es la más común y es, en estos meses, cuando más afecta a los alérgicos. La doctora Susana Monzón nos habla de esta enfermedad.

Zaragoza.- Con la llegada de la primavera llega también la pesadilla de millones de personas: la alergia primaveral. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), el 20% de la población padece de alergia a algún tipo de polen.

Es en estos meses de abril, mayo y junio cuando las gramíneas están en pleno apogeo de polinización. Esta familia de plantas es la más numerosa en Aragón y el resto del país con más de 12.000 especies diferentes entre las que se encuentran las salvajes, como el césped, y las cultivadas, como el trigo, la cebada, el centeno, el maíz, la avena o el arroz. La alergia al polen de las gramíneas es una de las más comunes.

La doctora Susana Monzón, jefa de la Unidad de Alergología de Hospital Quirón de Zaragoza, nos explica en esta entrevista las causas de la alergia, sus síntomas y algunos consejos para aliviar las molestias en esta primavera que se prevé dura para los alérgicos debido al alto nivel de gramíneas en el aire.

Pregunta.- ¿Cuál es el origen de las alergias? ¿Por qué afecta a unas personas y a otras no?
Respuesta.- Como muy bien dices, la alergia es una enfermedad que no afecta a todo el mundo, aunque su prevalencia está aumentando. La alergia es el resultado de una interacción entre la exposición de una persona genéticamente susceptible a un alérgeno y varios factores ambientales modificadores. Es decir, hay una predisposición genética y por eso vemos que muchos pacientes en una misma familia son alérgicos, pero además hacen falta factores ambientales que influyen en el desarrollo. También se ha visto que juega un papel preponderante el momento de la exposición a los posibles alérgenos.

P.- ¿El alérgico nace o se hace?
R.- El alérgico nace con la predisposición genética y se hace dependiendo de la influencia de los múltiples factores ambientales y del momento de la exposición a éstos.

P.- ¿Cómo identificar si se tiene alergia, cuáles son los principales síntomas?
R.- Centrándonos en las alergias estacionales, los pacientes alérgicos al polen tienen varios síntomas. Cuando, como consecuencia de su alergia, un paciente tiene una rinoconjuntivitis alérgica, o lo que es lo mismo, una inflamación nasal y ocular de origen alérgico, tiene picor de nariz y ojos, estornudos en salvas, secreción nasal líquida y transparente, ojos rojos y obstrucción nasal. En menor número de casos también pueden aparecer síntomas como picor de paladar y picor de los oídos por dentro.

Otra afección que también puede aparecer cuando el alérgeno llega a las vías respiratorias inferiores y las inflama, es el asma alérgico, que se manifiesta con dificultad para respirar, tos seca persistente (frecuentemente nocturna) y escucha de “pitos” en el pecho al respirar.

P.- ¿Cómo diferenciar un resfriado de una alergia primaveral?
R.- Los síntomas son muy parecidos a los de un resfriado, pero podemos diferenciarlos en algunas cosas. El alérgico sólo tendrá síntomas cuando el polen al que tenga alergia se encuentre en el ambiente y sus síntomas serán de mayor intensidad según la cantidad de granos de polen que haya (a más cantidad de polen, más síntomas). Como esto puede ser muy variable en función de la climatología de cada día, los alérgicos pasan de estar muy bien a estar con muchos síntomas rápidamente y viceversa. Son síntomas que pueden ser muy intermitentes.

Una de las alergias más comunes es a las gramíneas, entre las que se encuentra el trigo
Una de las alergias más comunes es a las gramíneas, entre las que se encuentra el trigo

En los pacientes con un resfriado, los síntomas son duraderos y sin variabilidad; estos permanecen hasta que eliminamos el virus que produce la inflamación de nuestras vías respiratorias superiores, que suele ser una semana o diez días. Además en el resfriado podemos encontrar fiebre o dolor de garganta, cosa que no ocurre en los pacientes con un proceso alérgico y la secreción nasal es más espesa y varía en su coloración.

P.- ¿Cómo podemos saber a qué tenemos alergia? ¿Qué tipo de pruebas se hacen?
R.- Cuando un paciente tenga los síntomas comentados previamente y vea que éstos se repiten en años sucesivos, aconsejo que acuda a un alergólogo. Éste realizará en su consulta una historia clínica detallada e identificará los alérgenos mediante la realización de unas pruebas cutáneas. Éstas se hacen depositando una gota del alérgeno sospechoso sobre la piel y realizando una micropunción en la gota, que no produce ninguna molestia. Son de lectura rápida (en unos 15 minutos), poco cruentas y definitivas, dado que reproducen en la piel la respuesta alérgica y aquellos alérgenos a los que el paciente esté sensibilizado tendrán una pequeña reacción en la piel en forma de habón.

P.- ¿Cómo se combaten y alivian las alergias? ¿Tienen cura definitiva?
R.- Actualmente existen dos tipos de tratamientos. El inicial es sintomático, es decir, aquel que actúa sobre los síntomas y puede abarcar varios fármacos, cada uno de ellos, destinado a tratar una sintomatología más concreta. Por ejemplo, si tenemos muchos síntomas oculares, podemos actuar directamente sobre el ojo con un colirio y si tenemos mucha inflamación nasal podemos tratar con un spray. Además, el tratamiento de base o principal es un antihistamínico, que es una pastilla que se toma vía oral e inhibe fundamentalmente el picor, el lagrimeo y las secreciones nasales. Estos tratamientos alivian los síntomas, pero hay que tomarlos mientras éstos duren y durante toda la estación polínica.

Cuando un paciente tiene unos síntomas moderados y una mala calidad de vida pese al tratamiento sintomático utilizado, el alergólogo puede indicar otro tratamiento. Éste se denomina inmunoterapia específica o “vacuna” y actúa sobre el sistema inmunitario, modulándolo, con lo que disminuyen notablemente los síntomas del paciente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inmunoterapia específica es el único tratamiento que actúa sobre los mecanismos productores de la reacción alérgica y que es capaz de alterar el curso natural de la enfermedad. El tratamiento se debe prolongar durante tres a cinco años pero los síntomas y la medicación sintomática se ven reducidos al cabo de tres a cinco meses desde el inicio de la misma.

P.- La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha anunciado que esta primavera va a ser dura para las personas alérgicas por el alto nivel de gramíneas previsto. ¿Se pueden prevenir las alergias?
R.- Es cierto, este año las previsiones del Comité de Aerobiología de la SEAIC alcanzan los 5.600 granos por metro cúbico en el aire para el polen de gramíneas, lo cual es un nivel muy alto.

Aunque las previsiones “auguren” una elevada sintomatología, la rinitis y el asma alérgico no deben suponer un problema grave si los pacientes siguen el tratamiento indicado por su alergólogo. Es una patología en la que conocemos con bastante aproximación las fechas de inicio y finalización. De este modo, las medidas de evitación alergénicas que proponemos a nuestros pacientes, junto con los tratamientos sintomáticos, nos permiten un control de los síntomas.

El polen del plátano de sombra es uno de los principales elementos alergénicos
El polen del plátano de sombra es uno de los principales elementos alergénicos

P.- ¿Qué consejos daría a estas personas para sobrellevar mejor las alergias?
R.- A los pacientes que tienen alergia a pólenes se les da una serie de consejos o medidas de evitación durante la estación polínica. Que las ventanas de su domicilio estarán cerradas; ventilar su casa a primeras horas de la mañana y a últimas horas de la noche; se debe evitar ir a lugares con gran cantidad de polen y no realizar actividades que faciliten la inhalación del mismo (cuidar jardín, cortar césped, etc.); si se padece de conjuntivitis provocada por el polen, utilizar gafas de sol con cobertura lateral; si se viaja en coche, mantener las ventanillas cerradas e instalar un filtro antipolen si se va a utilizar el aire acondicionado; si tiene que ir a lugares con alto grado de polinización, llevar consigo medicación puesto que puede precisarse durante la estancia; si se toma fruta u otros productos vegetales frescos, hay que lavarlos antes de consumirlos. Además, se pueden consultar las previsiones de los niveles de polen en www. polenes.com.

P.- La SEAIC asegura también que el número de alérgicos aumenta un 2% cada año. ¿A qué se debe?
R.- La prevalencia de la rinitis alérgica es del 20%-25% de la población general y entre el 5% y el 10% para el asma y se estima un incremento de un 2% anual. En el caso de la alergia ambiental, la principal causa del aumento de prevalencia es la cada vez mayor contaminación ambiental, que aumenta la capacidad alergénica de las partículas en suspensión como los pólenes.