Recuperar la imagen de marca

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, ha firmado este lunes la orden para intervenir el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jamón de Teruel para poner una junta gestora que se haga cargo de la institución hasta la celebración de unas elecciones. No le ha quedado otra después de no hallar ningún atisbo de solución en sus reuniones con el presidente y los dimisionarios.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, ha firmado este lunes la orden para intervenir el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jamón de Teruel para poner una junta gestora que se haga cargo de la institución hasta la celebración de unas elecciones. No le ha quedado otra después de no hallar ningún atisbo de solución en sus reuniones con el presidente y los dimisionarios.

Disolverá así el actual Consejo, presidido por Eugenio García, que se constituyó hace tan solo seis meses, el 3 de julio de 2013.  Las tensiones internas en la Denominación han saltado a la palestra y la situación se está convirtiendo ya en un circo más digno de un programa televisivo de las tardes más aburridas, que de una gran marca como Jamón de Teruel.

Varios miembros del Consejo, entre ellos el vicepresidente, dimitieron de su cargo el pasado 13 de enero, dejando la mitad del Pleno sin cubrir. Las discrepancias con la gestión de García, al que acusaban de inacción, les llevaron a ello. Poco tiempo tardó el actual presidente en contestar, denunciando presuntas irregularidades en los anteriores mandatos y facturas en los cajones, con supuestos créditos personales incluidos. A partir de ahí, las noticias se han sucedido con acusaciones entre unos y otros.

Pero la intervención del Consejo no es la mejor decisión para algunos. El presidente ya avisa de que podría paralizarse el marcado de jamones, lo que daría lugar a unas pérdidas que en estos momentos no ayudarán para nada a este sector, que ya ha bajado a un tercio su producción de perniles durante la crisis, 250.000 piezas frente a las 750.000 de los mejores tiempos.

La junta gestora que se cree tras la intervención deberá medir bien para que el funcionamiento de la Denominación no se paralice, ya que más de 3.000 personas viven directa o indirectamente de la marca. Pero lo más importante será crear un plan para devolver la buena imagen a esta enseña de la provincia de Teruel, que ha tardado 30 años en forjarse.