Zaragoza.- Los últimos datos del Departamento de Sanidad, correspondientes al mes de agosto, establecen que un total de 1.018 pacientes estarán afectados por el copago hospitalario. De todos ellos, el 60% se encuentran exentos o tienen topes mensuales de aportación de copago farmacéutico. Es decir, 611 no pagarán más por ellos, mientras que 407 personas sí que tendrán que hacer una aportación.
Teniendo en cuenta la exención de aportación de algunos colectivos y los topes máximos según nivel de renta de los pensionistas, la aportación neta por usuario y mes que se estima es de 4,38 euros, que se reduce a 2,47 euros en el caso de los pensionistas con ingresos inferiores a 18.000 euros, un 40% del total de usuarios que no están exentos o no tienen tope mensual.
Desde el Departamento de Sanidad, han querido dejar claro que en el caso de que se observe que algún usuario no puede pagar ese dinero será el Gobierno de Aragón el que asuma ese coste. Todo ello para que “nadie se quede sin poder disponer de estos medicamentos”.
Aragón tiene intención de aplicar esta medida a finales de este mes de enero, al igual que lo harán el resto de las comunidades. De hecho, ya está preparada para su implantación, debido al número de pacientes que se verán afectados por esta medida.
Este nuevo copago entró en vigor el 1 de octubre, pero el Ministerio de Sanidad dio un plazo de adaptación. Ya desde el inicio, el consejero Ricardo Oliván afirmó que el Gobierno de Aragón acataría “totalmente” la norma, aunque se mostró dispuesto a buscar medidas compensatorias para que perjudicase “lo menos posible a los ciudadanos”.
Los medicamentos afectados son para determinados tipos de cáncer, algunos tratamientos de artritis reumatoide, hepatitis C, algunos tratamientos antiinfecciosos, tratamiento de algunos tipos de soriasis, tratamiento de la secreción inadecuada de hormona antidiurética, prevención de fracturas por metástasis óseas y algunos tratamientos de esclerosis múltiples.
Los que no están afectados son todos aquellos que se administran a pacientes ingresados y los que se administran en el hospital. Tampoco los fármacos contra el Sida, ni la práctica totalidad de medicamentos contra la esclerosis múltiple ni los tratamientos de déficit de crecimiento ni los antihemofílicos.
Editorial: Garantizar la sanidad de calidad
