La CHE espera tener la Declaración de Impacto Ambiental de la presa del Bergantes antes de seis meses

La Confederación Hidrográfica del Ebro ha vuelto a defender la construcción de la presa del Bergantes para dar seguridad al embalse de Calanda y para poder laminar las avenidas del río. Espera que la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto esté hecha antes de medio año.

Alcañiz.- El proyecto de la presa del Bergantes se encuentra concluyendo su fase de información pública y ya tiene los informes ambientales del Inaga que contienen algunas medidas correctoras que ya se han incorporado a esta actuación. Espera remitir al Estado este proyecto y que la Declaración de Impacto Ambiental y la aprobación técnica desde el punto de vista de seguridad estén acabadas antes de seis meses.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Xavier de Pedro, ha dado a conocer este cronograma este martes, tras reunirse con alcaldes de la comarca del Bajo Aragón y con empresarios y regantes de la zona. Este pasado lunes ya lo había hecho con representantes de la plataforma “El Bergantes no se toca” y con vecinos de la localidad de Aguaviva.

Ante todos ellos, De Pedro ha defendido que el proyecto se debe impulsar “por responsabilidad y seguridad”, puesto que los objetivos son dar seguridad a la presa de Calanda para poder contener el volumen del agua previsto en condiciones extraordinarias de máxima avenida y poder laminar los máximos volúmenes de avenidas que fluyen en el río Bergantes reduciendo los riesgos de inundación a lo largo del recorrido.

La situación actual de la presa de Calanda, por su escaso volumen (54 hectómetros cúbicos) y por la insuficiente capacidad de desagüe de su aliviadero, conlleva que con avenidas de período de retorno poco mayores de 100 años exista riesgo de vertido por coronación.

De Pedro ha subrayado que no se trata de un proyecto “político o social” y que “no esconde otros destinos” sino que la única razón es “adoptar unas medidas de seguridad” en la cuenca. Ha recordado que la obra estaba dentro del Pacto del Agua y que el peligro descrito “siempre ha estado latente”.

Ha recordado que cuando se realizó la presa de Calanda las normas de seguridad “eran inferiores a las de ahora y no se conocía con la misma intensidad que ahora el fenómenos de la gota fría y las avenidas que se pueden producir”.

Financiación

Sobre la financiación del proyecto, cuyo coste se estima cercano a los 60 millones de euros, el presidente de la Confederación considera que es un tema “muy verde”. Ha reconocido que se ha presentado el proyecto a Europa y al Banco Europeo de Inversiones con una opinión positiva del mismo.

Restitución territorial

La Confederación también ha mostrado su compromiso con las zonas afectadas de llevar a cabo un plan de restitución territorial. De Pedro ha señalado que esta obra es de interés general, pero que tendrá “afecciones particulares”. Por ello, ha subrayado que la zona tiene derecho “a unas compensaciones que se acordarán una vez se apruebe el proyecto”. De Pedro también ha destacado que la Confederación no va a expropiar toda la superficie potencialmente inundable.

Regantes

Los regantes de la zona ya llevaban años convencidos de que era necesaria esta presa por “razones de absoluta seguridad” tanto para la presa de Calanda como para “lo que pueda ocurrir en poblaciones aguas abajo”, tal y como ha indicado el presidente del Canal de Calanda-Alcañiz, Miguel Laguéns.

Laguéns ha subrayado que para los regantes lo importante es “el recrecimiento de Santolea y que la cuenca disponga de lo suficiente para trabajar”. Por ello, ha rechazado, “como se ha planteado alguna vez”, dejar la presa de Calanda como embalse de laminación.