Grupos fascistas destrozan la fosa común de Belchite

Grupos fascistas han destrozado la fosa común de Belchite. Los hechos tuvieron lugar el sábado pasado y la Guardia Civil ya ha identificado a varias personas, que celebraban una misa franquista en la localidad vecina de Codo. Además de la fosa, han destrozado varios metros de vallas y se valoran posibles daños en algunas de las iglesias.

Zaragoza.- La fosa común de Belchite, levantada en nombre de los fallecidos en la Guerra Civil, tanto de uno como de otro bando y civiles, fue atacada el pasado sábado por grupos fascistas que la han destrozado. El Ayuntamiento de la localidad denunció el hecho ante la Guardia Civil, que identificó a varias personas a través de matrículas de coches y se les incautó material que usaron de herramientas para el suceso. Se encontraban en el pueblo vecino de Codo celebrando una misa franquista, según Belchite Turismo y la alcaldesa, María Ángeles Ortiz.

En la fosa se alojan los restos de los cadáveres de la batalla de Belchite, que quedaron dispersos por las calles durante el enfrentamiento, tanto de uno como de otro bando, por lo que hace unos años el Ayuntamiento tomó la decisión, como señala su alcaldesa, María Ángeles Ortiz, "de que era un lugar para todos y con unas inscripciones en forma de epitafios añadimos que así lo era". Ahora ha quedado grafiteada con lemas como "muerte al RASZ" y sólo se lee la inscripción de "Honor a nuestros caídos". La placa ha quedado totalmente destrozada.

Como es habitual, la Hermandad Nacional de Banderas de Falange de Aragón organiza este acto "de recuerdo, homenaje y oración a los 3.000 caídos de la batalla de Belchite". En esta ocasión, el Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española se sumaron al acto.

El sacerdote que suele oficiar esta misa se encontró con que el lugar donde la han realizado siempre, el casco urbano del pueblo viejo de Belchite, les estaba vetado por considerarse un acto en el que se ensalzan símbolos anticonstitucionales. Mientras éste hablaba con el concejal de Turismo, Juan Antonio Antón, informándole de la imposibilidad del evento, unas personas destrozaron la placa colocada en la fosa. También había guías y personal de la zona que escucharon los ruidos y alertaron al Consistorio.

Precisamente, el concejal se encontraba en el lugar para cambiar los horarios, dado el éxito de las visitas guiadas que ha instaurado el municipio en el pueblo viejo. Autobuses fletados especialmente, colegios, agencias de viajes y multitud de turistas extranjeros, incluso de Japón, estaban allí ese día.

El Consistorio ya había puesto en aviso a la Guardia Civil al detectarse la convocatoria a través de Internet, ya que esta concentración no contaba con autorización. Esta concentración se suele hacer casi todos los años, donde se produce una misa, hasta que se decidió que no podían hacer uso del lugar para exaltar símbolos anticonstitucionales. Además de la fosa, han destrozado varios metros de vallas y se valoran posibles daños en algunas de las iglesias. Algo que no es la primera vez que sucede.

Versión de Acción Juvenil Española

El concejal de Turismo informó al sacerdote de que no podían celebrarla en el pueblo viejo. Foto: Acción Juvenil Española
El concejal de Turismo informó al sacerdote de que no podían celebrarla en el pueblo viejo. Foto: Acción Juvenil Española

Por su parte, el blog de Acción Juvenil Española señala que "venciendo todas las dificultades, todas las incomprensiones y todas las injusticias, la Hermandad Nacional de Banderas de Falange de Aragón ha vuelto a recordar a los Caídos de la Batalla de Belchite, donde más de 3.000 personas entregaron sus vidas por Dios y por España".

El Ayuntamiento socialista de Belchite, critican, "tras profanar la lápida antigua del enterramiento del Trujal, retirando las esculturas del gran escultor aragonés de fama internacional Pablo Gargallo, ha cercado el recinto del pueblo antiguo impidiendo el paso, por lo que hubo que decir la Misa en el entorno de la capilla de Codo donde cayeron los falangistas y requetés que la defendían, siendo fusilados al rendirse los combatientes requetés".

La Misa la ofició "nuevamente" el Padre Amable Redón, "nonagenario y de muy delicado estado de salud", indican. Una misa "heroica, pues el sacerdote no podía ni leer, habiendo de hacerlo el diácono Juan Redondo, incluso el Evangelio y ayudándole a recordar el cánon del Santo Sacrificio, que hubo de hacer de memoria, aunque no le faltaron bríos al viejo capellán legionario para recordar a todos el deber de recordar a los caídos y seguir viviendo sus ideales".

El secretario de la Hermandad recordó varios episodios de la batalla. Tras colocar cinco rosas simbólicas en la Cruz de Hierro levantada por la Confederación Nacional de Combatientes, mientras se cantaba el "Yo tenía un camarada", se terminó con los "Himnos Patrióticos: Oriamendi, Cara al Sol e Himno Nacional, con los gritos, vivas y presentes de rigor".