SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE TERUEL

El maltratador de "Alex" no podrá trabajar con animales

El hombre condenado a cuatro meses de prisión por maltratar a un perro en Teruel, llamado "Alex", no podrá ejercer una profesión relacionada con los animales. Una apelación de la sociedad protectora que lo denunció ha incluido este aspecto, aunque no ha logrado que se le prohíba tener o comprar animales o que pene un año en la cárcel.

Zaragoza.- La Audiencia Provincial de Teruel ha declarado que ha lugar a parte del recurso de apelación de la sociedad protectora de animales Amigo Mío contra la sentencia que condenó a cuatro meses de cárcel a Jorge Bueno Gastón por maltratar a un perro llamado Alex, al que encontró en la Fuente Dámaso Torán, en Teruel.

De este modo, el condenado no podrá ejercer ninguna profesión u oficio relacionado con las animales, eso sí, sí que podrá comprarlos o tenerlos, ya que el magistrado considera que no se recoge justificación legal para esta prohibición que se solicitaba.

Por otro lado, tampoco se estima el aumento de la indemnización para la protectora, que lo incrementaba de los 1.466 euros ya concedidos a los 15.000 euros. Y es que el tribunal se sustenta en que no hay daños a la protectora, ya que no era la dueña del perro. Tampoco se concede el aumento de la pena de prisión de cuatro a doce meses, por entender que no ofrece argumento en el que basar una condena a la pena máxima.

Finalmente, se falla que el condenado pierda el animal y éste sea entregado a la protectora con carácter definitivo.

Hechos

Los hechos tuvieron lugar el 10 de mayo, cuando el condenado Jorge Bueno Gastón encontró al perro, "Alex", en la Fuente Dámaso Torán y lo llevó a su domicilio. Ocho días después, una vecina vería cómo éste maltrataba al animal con un palo y lo pisaba con una "actitud fría y serena", causándole lesiones muy dolorosas y dejándolo en estado grave.

En el juicio no se pudo acreditar que Bueno Gastón bañara al animal con salfumán provocándole quemaduras diversas o que le propinase golpes con dos palos que se encontraron en su casa. Sin embargo, sí que se acreditó que estaba desnutrido, que no requirió servicios veterinarios para curar sus heridas y que el deterioro del animal era ostensible, más si cabe porque el condenado es un profesional del gremio sanitario.