JULIÁN GABARRE

"La psicología del rostro es un elemento de evolución"

El doctor Julián Gabarre ha dedicado toda su vida al estudio de la psicología, especializándose en la morfopsicología o psicología del rostro. Gracias a esta técnica, mediante la observación del rostro, es capaz de conocer el comportamiento de las personas, pudiendo así guiarlas para mejorar su conducta y, por tanto, su vida.

Zaragoza.- El doctor Julián Gabarre, nacido en Grañén (Huesca), es sin duda una referencia mundial en psicología y en morfopsicología o psicología del rostro, campo en el que destaca. Se doctoró “cum laude” en psicología y, posteriormente, alcanzó el título de diplomado superior en morfopsicología. Además, completa sus estudios con una licenciatura en derecho, es diplomado superior y perito en grafología, y también es diplomado en estudios avanzados con suficiencia investigadora. Es autor del libro “Rostro y personalidad. Rostro, cerebro y conducta”, en el que explica sus teorías acerca de la relación entre nuestro rostro y nuestra conducta. Recientemente ha expuesto en Zaragoza su ponencia “Cerebro, rostro, conducta y competencias”, en la que presenta los aspectos básicos de sus teorías.

Pregunta.- Tiene varias carreras y ha sido un ejecutivo de importante nivel, ¿por qué prefirió dedicarse a la psicología?
Respuesta.- Fui un director de personal precoz. A los 23 años ya era director de personal. Entonces quería saber más de las personas, había estudiado algo de psicología y grafología, pero me di cuenta de que todo aquello era muy parcial, la psicología era muy generalista y la grafología era más precisa, pero seguía queriendo saber más y más sobre cómo adecuar a las personas en sus puestos de trabajo.

P.- ¿Qué fue lo que le terminó de encaminar hacia la morfopsicología?
R.- Ya tuve contacto en Francia con Louis Corman, el creador de la morfopsicología. Hablé con él y me proporcionó profesores e intérpretes en francés a los que, lógicamente, tuve que pagar. Por entonces era director de un grupo de hospitales, así que creí que era "lo que buscaba", y me fui allí e hice la formación. Experimenté en varios hospitales con la colaboración de psiquiatras y psicólogos, y llegó un momento en el que pensé “esto es el todo”.

P.- ¿Hasta qué punto es fiable la técnica de la morfopsicología?
R.- En la tesis doctoral tuve que identificar rostros con una tipología de expansión emocional y rostros con la zona emocional no expansiva. Señalando que un grupo de rostros tendrían una conducta y que el resto tendría la contraria. Identifiqué a 1047 personas, de las cuales todas mostraron el comportamiento que había predicho, es decir, no me equivoqué en ninguno. El secretario del tribunal me felicitó porque nunca había visto una tesis con tanta precisión. Además, bromeó diciéndome que hace 350 años me hubieran quemado vivo por brujo, pero esto no es brujería.

Gabarre durante su presentación
Gabarre durante su presentación

P.- ¿Podría decirse que la relación entre el rostro y la conducta es innata?
R.- Es innata. El cerebro, el rostro y el sistema nervioso están interconectados. Hemos visto cómo el cerebro creciente da forma al rostro cuando se está en el vientre materno. En ese rostro vemos la actualización de la persona. A niños muy jóvenes que son vagos, perezosos o no sacan los estudios les he orientado sobre cómo debe ser su alimentación, qué hacer… y, ahora, con 16 años son trabajadores, activos y sacan sus estudios. La psicología del rostro es un elemento de evolución.

P.- Entonces, ¿es nuestro rostro el que determina nuestra conducta y no al revés?
R.- La conducta está determinada por nuestra estructura, es decir, la estructura hace la función. Es verdad que con la función hemos cambiado estructura y como consecuencia, comportamiento. A través de los estímulos en el rostro, la persona estimula el cerebro y libera las depresiones que tiene. Por tanto, estamos a las puertas de lo que se va a llamar “nueva psicología estructural integrativa de las estructuras del cerebro y el rostro”.

P.- Cuando planteó su tesis, ¿creía que iba a obtener esos resultados?
R.- No pude plantear mi tesis doctoral hasta cuatro años después de haber investigado, había muchas reticencias, sobre todo por parte del director. Me la aceptaron porque me dijeron “oye, que esto funciona”, y ahora ellos mismos mandan a mi consulta a sus hijos, sobrinos y al resto de la familia. Aquellos que negaron mi investigación ahora afirman que estoy a años luz de la psicología y la psiquiatría.

P.- ¿A cuántos campos es aplicable la morfopsicología?
R.- A los recién nacidos para estimularles, porque viendo a la madre ya predices cómo va a ser el niño, y podremos guiar al niño, por ejemplo, sobre los estudios en los que será más competitivo.

También es aplicable a las parejas, haciéndoles conscientes de qué es lo que les atrae y que a la vez será lo que les separe posteriormente, porque cuando la atracción ha pasado, sólo quedan los antagonismos, que son la fuente de ruptura. Cuando son conscientes, uno hace una cosa por el otro y viceversa.

Gabarre realizó la presentación en Bantierra en Zaragoza
Gabarre realizó la presentación en Bantierra en Zaragoza

Otro campo en el que es aplicable es para la selección de personal. Uno es bueno, pero dependiendo de con quién. Inconscientemente tendemos a contratar a gente que piensa como nosotros y creemos que es el bueno, pero no es así. La morfopsicología sirve para configurar equipos de trabajo de alto rendimiento.

P.- Otras técnicas como la grafología, ¿son igual de precisas?
R.- Para describir a la persona podría ser, pero no para sacar el inconsciente, no ve la psicopatología de una forma tan precisa como la vemos con la morfopsicología. El cerebro, en su desarrollo, sufre micromutaciones que ni siquiera se pueden ver con la neuroimagen, pero nosotros sí las podemos ver y podemos precisar, de hecho hay neurólogos que me mandan pacientes a mí. Por lo tanto, la precisión de la morfopsicología es mayor.

P.- ¿Cree que la morfopsicología ha llegado al máximo de sus posibilidades?
R.- No, no. Para eso queremos investigar. Yo conozco una parte de las conexiones que hay del cerebro con el rostro, pero hay infinitas más. Lo que quiero hacer es encontrar dinero suficiente para que nos subvencionen y poder llegar a esas partes del cerebro y poder modificarlas, porque como los nervios que van del cerebro al rostro van directamente, sin pasar por la médula espinal, podemos estimularlos directamente. Se podrá hacer lo que la gente ni se imagina. Se podría cambiar la conducta.

Ampliar conocimientos

P.- Por lo que veo, ¿tiene previsto continuar estudiando y ampliando los conocimientos de la morfopsicología?
R.- No, es que es mi vida. Lo que tenemos que hacer es encontrar financiación, porque esto mejorará el destino de todas las personas. Incluso he invertido de mi propio bolsillo, no quiero ser el más rico del cementerio, quiero irme habiendo dejado algo al mundo.

P.- ¿Tiene previsto hacer nuevos estudios en otros campos?
R.- No, lo que tenemos que hacer ahora es demostrar científicamente la morfopsicología, que es lo que hemos iniciado ya. Ahora vamos a iniciar un programa en el que vamos a intentar detectar las personas que tienen potencial de delincuencia. Esto sería muy útil para saber quién se vendería o no, para evitar la corrupción.