Tranquilidad para el Valle del Aragón

El Gobierno de Aragón se ha comprometido a que la estación de Candanchú abrirá sus puertas la próxima temporada invernal. No obstante, la fórmula de cómo se producirá este hecho todavía está en el aire. No se sabe si se venderá el centro invernal a un tercero, si se renovará el contrato con Aramón o si los actuales propietarios podrán ser los que pongan en marcha esta infraestructura en solitario o con sinergias con Astún.

El Gobierno de Aragón se ha comprometido a que la estación de Candanchú abrirá sus puertas la próxima temporada invernal. No obstante, la fórmula de cómo se producirá este hecho todavía está en el aire. No se sabe si se venderá el centro invernal a un tercero, si se renovará el contrato con Aramón o si los actuales propietarios podrán ser  los que pongan en marcha esta infraestructura en solitario o con sinergias con Astún.

El mensaje de tranquilidad llega este año más temprano que el ejercicio anterior, algo positivo para su futuro. Esperar al mes de noviembre generaría incertidumbre entre los visitantes, que ante la amplia oferta podría haber elegido cualquier otro centro invernal, tanto de la Comunidad como del resto de España o de Europa.

Esta noticia también produce un importante efecto en la economía de la zona, puesto que puede preparar con más tranquilidad la apertura de la temporada. La estación es uno de los pilares económicos del valle y su cierre produciría graves efectos para la economía de la zona y para la fijación de la población en este territorio.

Sin embargo, la sola apertura no debe ser el único objetivo. Los actuales propietarios han ido devaluando el producto por la falta de inversiones en infraestructuras y hoy en día Candanchú es una estación lejos de la modernidad de otras, como pueden ser el caso de las del Grupo Aramón. Es hora de frenar esta tendencia, puesto que sin inversiones no se puede mejorar el producto y sin un producto atractivo se dificulta la posibilidad de conseguir atraer un mayor número de visitantes.

La mejor solución pasa por la compra de la estación por parte del Grupo Aramón. Su experiencia en la Comunidad le avala y las sinergias posibles con otros centros invernales hacen de ésta la mejor opción posible. Pero para ello es necesario que los propietarios de la estación den un paso atrás y acepten vender por su valor real, que es escaso. Nadie aceptará comprar por una gran cantidad unas instalaciones en las que hacen falta invertir grandes sumas de dinero.