La longaniza y el vino calientan a los zaragozanos por Jueves Lardero

El frío no ha impedido que cientos de personas se hayan acercado esta tarde de Jueves Lardero a la plaza Miguel Merino de Zaragoza, junto al Auditorio, para degustar más de 6.000 raciones de longaniza, acompañadas de vino y refrescos. Este año, por primera vez, los celíacos también han podido disfrutar de un buen bocadillo.

Zaragoza.- El olor a longaniza rodeaba esta tarde el Auditorio de Zaragoza. En la plaza Miguel Merino, el frío se ha sentido menos gracias al vino y a los centenares de personas que se han reunido para celebrar la tradicional fiesta de Jueves Lardero. Los peñistas han repartido más de 6.000 bocadillos de longaniza y, por primera vez, los celíacos no se han quedado con las ganas.

Noelia Panillo, de la Asociación de Celíacos de Aragón, ha explicado a ARAGÓN PRESS que el objetivo es que todo el mundo pueda disfrutar de la fiesta: “Es el primer año que hacemos esto; esperamos que la gente acoja muy bien esta idea y que vengan muchos celíacos a pesar del frío. En cualquier caso, vengan los que vengan, siempre es positivo que haya este tipo de iniciativas que incluyan a todos los ciudadanos para disfrutar de una fiesta”.

Para los celíacos, la longaniza no está menos rica. “No tiene ninguna diferencia de sabor porque forma parte de un grupo de alimentos que llamamos comunes o convencionales, y son los que compartimos con los demás. Todos vamos a comer la misma longaniza, sin gluten”, explica Panillo. La diferencia de sabor se nota solo en el pan, que está hecho de cereales sin gluten como el arroz y el maíz.

La Federación de Interpeñas organiza esta fiesta desde hace años y los voluntarios que colaboran en la preparación y el reparto de bocadillos disfrutan como los que más. “Es una oportunidad para ver a otros compañeros con los que no nos encontrábamos desde Pilares, y hace mucha ilusión. Además nosotros somos los primeros en probar la longaniza y la compartimos con nuestros amigos”, ha explicado uno de los peñistas.

Hasta dos horas han estado esperando los primeros en ponerse a la cola, listos para recibir su bocadillo de longaniza y su vaso de vino. Rosa tiene claro que ha merecido la pena, aunque su marido le ha recordado que a ella “le gusta más la longaniza curada que la fresca”. Para quemar las calorías del bocadillo, también se han apuntado a la verbena de la Sala Multiusos del Auditorio.

“Esto deberían hacerlo por lo menos una vez al mes”, repetía Juan Pablo entre mordisco y mordisco. Pero, de momento, solo un jueves al año es Lardero y con él recordamos que las fiestas de Carnaval están a punto de empezar.