Tradime continúa su lucha contra el fraude en el sector

Tradime ha iniciado una nueva campaña para seguir denunciando las consecuencias del dumping social en el sector del transporte. Ahora, la asociación expone el uso fraudulento que se hace de las cooperativas de trabajo asociado para esquivar exigencias legales y enriquecerse a costa de los cooperativistas que actúan como falsos autónomos.

Zaragoza.- Entre las múltiples prácticas fraudulentas que vienen proliferando en los últimos años en el sector del transporte, han cobrado especial importancia las denominadas falsas cooperativas de trabajo asociado, que junto con las empresas buzón, constituyen uno de los mayores casos de dumping social o competencia desleal en el transporte por carretera.

Ante la pasividad de algunas administraciones, empresas y asociaciones, la Asociación Empresarial de Transportes Discrecionales de Mercancías de Aragón (Tradime) ha lanzado una nueva campaña contra este tipo de cooperativas. La iniciativa llega un año después de que la asociación pusiera en marcha otra campaña contra el dumping social, convirtiéndose en un ejemplo a nivel nacional en la lucha contra la competencia desleal.

En esta ocasión, Tradime quiere poner de relieve el aumento de nuevas malas praxis en el transporte, entre las que ha cobrado importancia, tal y como señala su presidente, Santiago López-Montenegro, "el uso fraudulento de las cooperativas de trabajo asociado con el fin de esquivar las exigencias legales y enriquecerse a costa de los cooperativistas”.

Esta campaña de concienciación y denuncia se está llevando a cabo a través de las redes sociales, en las que explican este problema, además de reuniones con administraciones y entidades empresariales para trasladar su preocupación sobre este asunto y plantear un mayor control e inspecciones a este tipo de cooperativas.

El uso fraudulento de la cooperativa

El problema de las Cooperativas de Trabajo Asociado en el sector del transporte se produce cuando "estas se utilizan para esquivar las exigencias legales que supone el acceso a la profesión".

En esta utilización fraudulenta de este tipo de cooperativas, las tarjetas de transporte y el título de transportista los posee la propia cooperativa, como persona jurídica, y no los socios trabajadores. Tampoco disponen los socios de vehículo propio, sino que pagan un alquiler a la propia cooperativa. Además, en esta mala praxis, la cooperativa insta a los socios trabajadores a darse de alta como autónomos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).

La asociación expone el uso fraudulento que se hace de las cooperativas de trabajo asociado para esquivar exigencias legales
La asociación expone el uso fraudulento que se hace de las cooperativas de trabajo asociado para esquivar exigencias legales

Tal y como explica López-Montenegro, estas cooperativas, además de no realizar actividad cooperativizada alguna, "abusan de sus socios por varias vías, pidiendo una suma importante de capital inicial al que hay que sumar la cuota mensual en concepto de gestiones administrativas, unido al alquiler de los vehículos, los seguros, el combustible…". Todo ello, añade el presidente de Tradime, da lugar a unas condiciones laborales inferiores a las que les correspondería a los conductores por cuenta ajena, mientras que los dueños de las cooperativas sacan beneficios. "Es por ello que esta práctica genera un claro caso de dumping social", explica.

Las empresas buzón y este tipo de cooperativas tienen en común que muchos de esos conductores cooperativistas son provenientes de terceros países donde es posible comprar el permiso de conducir, el certificado de aptitud profesional (CAP), etc. "Es conocido que por 2.000 euros se consigue carnet de conducir, CAP y Transporte de Mercancías Peligrosas (ADR) anterior al 19 de enero de 2013, fecha a partir de la cual no se convalida el permiso de conducir extranjero a ciudadanos residentes en España", asegura López-Montenegro.

Concienciar, pero también denunciar

La campaña de Tradime no sólo trata de concienciar sobre un problema que amenaza con cambiar las reglas del juego en el transporte en España. Desde Tradime, actualmente hay investigadas más de cinco cooperativas que desarrollan su trabajo en Aragón. Hay también detectadas cuatro sociedades limitadas de alquiler de vehículos con claras vinculaciones con dichas cooperativas. Los operadores de transporte son variados, pero es vox populi cuáles de ellos sub-contratan a estas cooperativas para realizar sus servicios.

Pese a que desde la asociación son conscientes de que no es sencillo demostrar los hechos que sustentan el fraude de ley, pues debe existir prueba de que se actúa fuera de la ley, desde Tradime Aragón señalan los puntos en los que la inspección debería incidir.

Tradime se reunió con el consejero Soro para trasladarle su preocupación
Tradime se reunió con el consejero Soro para trasladarle su preocupación

Por ello, piden un mayor control de las Cooperativas de Trabajo Asociado a través de la Inspección Laboral y la Inspección de Transporte, puesto que por fraude de ley no se puede considerar que la relación societaria lo sea. También solicitan una mayor persecución a los "falsos autónomos". "Las Cooperativas de Trabajo Asociado son el refugio ideal para falsos autónomos carentes de la titulación necesaria para ser transportista. Dada la limitada formación de los socios cooperativistas es el paraíso de la esclavitud moderna", indican desde Tradime.

Los tres actores del fraude

Desde Tradime explican que para llevar a cabo esta ilegalidad son necesarios tres actores: una cooperativa de trabajo asociado, una empresa de alquiler de vehículos y un operador de transporte.

"Normalmente en estos casos fraudulentos, los propietarios de la empresa de alquiler de vehículos tienen vinculaciones personales con los presidentes y gerentes de las cooperativas", explica López-Montenegro. Por su parte, el operador de transporte, también relacionado con los anteriores, subcontratará a la cooperativa parte de sus servicios.

Pero, ¿cómo funciona este entramado fraudulento? La empresa de alquiler de vehículos proporciona los camiones a la cooperativa a través de un servicio de renting o leasing. La cooperativa provee a estos camiones de la autorización de transporte y se los cede a los socios a cambio de una cuota mensual en concepto de alquiler

"Cada ejercicio se lleva la cooperativa a resultado 0 y los beneficios se trasladan a la empresa de alquiler de vehículos jugando con las facturas del renting o leasing", señalan. Hay que recordar que los propietarios de esta empresa están vinculados con los de la cooperativa, por lo que el dinero se queda "en casa".

De este modo, "el control económico de la cooperativa está en mano de los propietarios de la empresa de alquiler de vehículos, mientras que la responsabilidad pesa sobre los socios". Es decir, si se lleva a pérdidas la cooperativa, los responsables serían los socios.

La cooperativa provee a los socios de servicios de asesoría, tarjetas de combustible y otros servicios para lo que pagarán otra cuota fija mensual, además de la del alquiler, y que en muchos casos es abusiva

Los socios reciben una hoja de salario según los trabajos realizados pero al estar dados de alta como autónomos, aunque en realidad sean falsos autónomos, este salario viene exento de retenciones de Seguridad Social e IRPF.

El presidente y gerente de la cooperativa son los que se encargan de la facturación de los trabajos de los socios y de la liquidación mensual de cada uno de ellos, por lo que el control que tienen es total.

Los socios cooperativistas de las cooperativas fraudulentas actúan como fasos autónomos
Los socios cooperativistas de las cooperativas fraudulentas actúan como fasos autónomos

Finalmente, el operador de transporte se aprovecha de todas estas circunstancias de precariedad mediante servicios muy baratos, muy por debajo del mercado normal, y que los socios de la cooperativa no tienen otro remedio que aceptar.

De este modo, entre la cooperativa, la empresa de alquiler de vehículos y el operador de transporte "se reparten el pastel que siempre van a pagar los socios cooperativistas".

No todas son fraudulentas

En esencia, la Cooperativa de Transporte es la figura que se utiliza en el sector para agrupar diversas empresas de transporte, tanto personas físicas como personas jurídicas. En su funcionamiento legal, las cooperativas de transportistas deben contratar la prestación de los servicios de transporte en nombre propio, de la misma forma que lo hace por ejemplo una agencia de transportes, debiendo ser efectuados en todo caso sin más excepciones por alguno de sus socios que cuente con el correspondiente título administrativo que habilite para esta prestación. Así, los socios de la cooperativa son titulares de sus propios vehículos y cada uno de ellos cuenta con su tarjeta de transporte y su título de capacitación profesional para ejercer de transportista.

En este tipo de cooperativa los socios son empresarios y pueden facturar directamente a la cooperativa o a los clientes para los que trabajan, si así lo recogen los estatutos.

Asimismo, desde hace algunos años han empezado a aparecer en España las denominadas Cooperativas de Trabajo Asociado. Aquí, los miembros de la cooperativa son socios y trabajadores al mismo tiempo, por tanto, la relación con la cooperativa es societaria. En este caso, el socio no es empresario si no que es un socio trabajador, cobra por rendimientos del trabajo. Por tanto, en este tipo de cooperativas, la facturación la gestiona la propia cooperativa y, al finalizar el trabajo, es la cooperativa la que abona la parte correspondiente al trabajador una vez deducidos los costes de la cooperativa y los impuestos (costes de la Seguridad Social, el IRPF, Impuesto de Sociedades).