Zaragoza.- La Sociedad Deportiva Huesca sigue trabajando para preparar bien la visita del Granada y tratar de lograr la tercera victoria consecutiva. Tras cumplir su partido de sanción, Chimy Ávila vuelve a estar disponible para el míster, lo que supone un alivio para Rubi al tratarse de uno de los jugadores más en forma de la competición.
El argentino asegura estar con muchas ganas de continuar ayudando y sumar puntos. “Viene un buen equipo, ahí nos ganaron así que tenemos una buena oportunidad para la revancha y más en casa, con la ayuda de la grada”, ha explicado. Y es que Chimy sabe que, especialmente en esta recta final, el apoyo de los aficionados es fundamental, lo mismo que lo ha sido a lo largo de toda la temporada.
“La fiesta en El Alcoraz fue todo el año, nunca dejó de serlo. Veníamos con tropezones y la gente seguía apoyando igual, eso te da mucho ánimo y más fuerza para pelear cada partido como una final”, ha valorado.
Respecto a esa mala racha, ya pasada, ha explicado que “no había cambiado nada", añadiendo que estaban "jugando bien pero no se daban los resultados". Así se ha mostrado convencido de que "el Huesca se merece lo que está buscando porque deja la vida en cada partido”.
Chimy no quiere mirar más allá del próximo partido y asegura que el vestuario está tranquilo: “La felicidad más linda es la que pasa por sufrimiento primero, nadie te regala nada. Los chicos se esfuerzan cada día más, vamos a sufrir pero tendrá su recompensa”.
Y, en lo personal, afirma estar muy “feliz”, sintiéndose "como en casa por el amor y cariño demostrado por la gente". Algo que espera "devolver con una celebración a lo grande, pero hay que ir poco a poco, partido a partido".
