Zaragoza.- Las Cortes de Aragón han celebrado este viernes el acto de toma de posesión del nuevo Justicia de Aragón, el juez Ángel Dolado. Apenas un minutos después de prometer su cargo ha expuesto los ocho principales retos que va a desarrollar para conseguir que "todos y cada uno de los aragoneses defiendan esta institución", que "sientan que esta figura es imprescindible para esta tierra porque les representará cuando se vean desamparados" y , en definitiva, "conseguir un Aragón mejor".
La primera de sus prioridades va a ser la defensa de los menores, especialmente los que tienen problemas de adaptación social y lo que están por debajo del umbral de la pobreza. Para ello, va a crear una oficina específica. En segundo lugar, fomentará los acuerdos en materias sociales, entre las que ha destacado "la sanidad, la educación o la despoblación". En este último aspecto, ha resaltado que tomará como referencia el libro de Sergio del Molino "La España vacía" y los conocimientos de especialistas de la Universidad de Zaragoza.
La defensa del aragonesismo será su siguiente objetivo, del que ha resaltado la labor realizada por figuras como Félix Romeo, Julián Casanova y Miguel Mena, entre otros. Y también será "ventana de potenciación de los principios de transparencia, ética y moral". Dolado considera que "ha llegado el momento de afrontar la reestructuración del personal" que trabaja en la institución, así como los cargos de nombramiento directo.
También ha puesto en valor el papel de la mediación, como método para solucionar problemas, por lo que pretende potenciar su uso en la institución. Así como potenciar el Derecho civil aragonés con "jornadas y charlas por las comarcas aragonesas, y elaborando una edición entendible para que nuestra seña de identidad llegue a todos los aragoneses". Por último, buscará la colaboración con distintas entidades para la realización de trabajos de forma conjunta.
Cualquier aragonés puede ser justicia
El discurso de Dolado ha comenzado recordando el origen humilde de su familia. Su padre "fue un emigrante que trabajó hasta su muerte en Tudor y vivió en el barrio Oliver".Ha destacado con orgullo que durante su infancia y adolescencia estudió en centros públicos "con grandes maestros que me enseñaron a forjar una personalidad crítica y reivindicativa", así como "el principio de igualdad de oportunidades, quizás más garantizado entonces -durante la Transición- que ahora".
Tras evocar estos recuerdos ha destacado, dirigiéndose a los diputados, que con su elección como Justicia, "demostráis que cualquier aragonés puede ser Justicia de Aragón, sin venir de ninguna élite".
