Zaragoza.- Una experiencia de danza para el desarrollo psicomotriz y social. Así definen sus creadores la Máquina de Bailar. Un proyecto del Festival Trayectos que forma parte del programa Creando Barrios, Barrios Creando, y que se realiza en los coles Fernando el Católico y Ramiro Solans, con la colaboración del Plan Integral del Barrio Oliver y la Junta de Distrito.
Lo primordial de la experiencia es seguir procesos inclusivos y abiertos para todas las personas, donde el proceso de creación está por encima del resultado. La Máquina de Bailar proporciona a los escolares una experiencia para jugar con el cuerpo y explorar en el terreno de la creatividad, en la relación con los otros y en el desarrollo de capacidades psicomotrices y sociales.
La directora de Trayectos, Nati Buil, explica que la máquina tiene dos partes. Por un lado, el objeto en sí, que, a modo de Caja de Pandora, se abre y despliega un escenario para observar y un equipo de música. Este escenario para la contemplación es proporcionado por unos conos de visión construidos con espejos que deforman el espacio a través de los reflejos, evidenciando que otro espacio es posible.
Por otro lado está el rastro que deja la máquina en forma de líneas y recorridos en el patio de recreo, que generan y estimulan el movimiento. En este sentido, se crea un escenario al servicio de la imaginación y la inventiva, que permitirá ser reinterpretado por los niños y niñas e inventarse nuevos juegos o desarrollar actividades inesperadas en esta red de líneas y cruces. Con esos recorridos se quiere comprobar cómo cambia la percepción del espacio en común (el patio) y cómo puede cambiar su utilización en cuanto a dinámicas de desplazamiento y de relación. La Máquina, dice Buil, es una invitación al atrevimiento.
Todo esto va acompañado y facilitado previamente por sesiones prácticas de danza y creatividad que entrenan esta nueva experiencia y este atrevimiento a hacer cosas nuevas. La danza como herramienta que sana, que reconoce, que aporta un espacio de igualdad y momentos de libertad creativa.
En el suelo se ha dibujado un gran recorrido basado en las líneas de las tarjetas de sonido. En los extremos hay varias palabras: "Baila", "Respira", "Siente", "Salta", son permisos de movimiento para que todo ello lo hagan los niños sin que se lo digan. La incógnita es hacia dónde llevará esto, porque esto es una imagen y la vivencia artística de cada niño se sabrá en el futuro.
Transformar el patio de recreo
El consejero municipal de Cultura, Fernando Rivarés, destaca que es un proceso creativo y participativo en el que los niños se convierten en los protagonistas del espacio del patio, "transformándolo y entendiendo la música y el bailar como un modo de pensar". Es decir, agrega, "un instrumento para cambiar los hábitos cotidianos de todos los puntos de vista".
Esto, dice Rivarés, es el primer paso de lo que se conoce como cultura comunitaria, "hacer que la comunidad se beneficie directamente de las ventajas de las artes escénicas, que nunca habían tenido tanta proyección en la ciudad". Ahora, añade Rivarés, "hemos decidido que sea parte esencial de las políticas teatrales y de música de la ciudad.
La consejera municipal de Participación Ciudadana y presidenta de la Junta de Distrito del barrio Oliver, Elena Giner, se muestra orgullosa de poder contar con este proyecto. Considera que es algo que entronca con toda la dinámica que se desarrolla desde el barrio Oliver. "Queremos hacer patios en los que se puedan romper los espacios y utilizarlos de otra manera", explica. Se trata, insiste, de una iniciativa más a favor de la convivencia y la mejora en el barrio Oliver.
Y es que los patios dejan de ser campos de fútbol para ser patios diseñados por los niños y, una vez acaba el proceso, "ellos son otros, mucho más fuertes y capaces de decidir por sí mismos y han ocupado el patio del colegio transformándolo en otros usos", afirma Rivarés.
Ya están en conversaciones con otros colegios, como el de Peñaflor. Está dirigido a niñas y niños de 3º de Infantil, así como de 1º y 2ª de Primaria. La Máquina de Bailar se ha desarrollado desde el 13 de febrero en el CEIP Fernando el Católico, y tendrá su continuación, del 10 de abril al 22 de mayo, en el CEIP Ramiro Solans, también de Oliver.
El director del centro, Lucio Callejas, destaca que tanto desde el equipo directivo como desde el proyecto de integración de espacios escolares, consideraron que cuadraba con sus ideas "de que el patio debe ser un espacio educativo". "Impulsamos lo que llamamos patios dinámicos, quitándole espacio al fútbol para hacer otras actividades y juegos que permiten participar a más niños, no sólo a chicos", explica. Y es que la Máquina de Bailar "permite que con el propio juguete que les ofrece su cuerpo puedan moverse de otra manera y aprovechen el patio, que también es suyo".
Trayectos / Danza Comunitaria
Trayectos / Danza Comunitaria pertenece a la Red Cuenco (Red de iniciativas de cultura en comunidad) junto con Pares Sueltos, Teatro Comunitario y Escuela de Circo Social.
La Máquina de Bailar fue anteriormente utilizada en el Colegio Santo Domingo en una primera fase de experimentación en el curso 2016-2017. Una vez recogidas las conclusiones, se amplía la experiencia a otros centros educativos, en coordinación con el profesorado y otros colectivos.
