Los fuertes vientos derriban un árbol del Monasterio de Veruela

Los fuertes vientos del pasado fin de semana han derribado uno de los tres grandes árboles del claustro del Monasterio de Veruela. Se trata de un ejemplar de entre 25 y 30 metros de altura que al caer dañó algunos elementos del sobreclaustro renacentista. El recinto también sufrió otras afecciones que están siendo reparadas por la DPZ.

Zaragoza.- Los fuertes vientos que soplaron el fin de semana en la zona del Moncayo derribaron uno de los tres grandes árboles que crecen en el claustro del Monasterio de Veruela. Se trata de un ejemplar de entre 25 y 30 años de altura que, al caer, quedó apoyado en el tejado y dañó algunos elementos del sobreclaustro renacentista.

El temporal, que dejó en la zona rachas de más de 100 kilómetros por hora, provocó otras afecciones en el recinto, ya que tumbó varios árboles más en el exterior, se llevó por delante ramas, tejas y aleros, derribó algunas puertas y movió el pararrayos situado en lo alto de la barbacana por la que se accede al monasterio. La Diputación de Zaragoza, propietaria del complejo, ya está reparando los daños.

El árbol derribado en el claustro es el que se alzaba en el lado norte, el más cercano a la iglesia. La fuerza del viento lo desplazó, levantó las raíces e hizo que perdiera la estabilidad. Al caer, quedó apoyado en el tejado, pero eso no evitó que dañara algunos elementos del sobreclaustro: arquerías, molduras, aleros… Esa parte del inmueble es de estilo renacentista y fue construida en el siglo XVI.

Ayer lunes, día de descanso semanal, el Monasterio de Veruela permaneció cerrado, por lo que los daños causados por el viento no afectaron a las visitas. Hoy martes, el personal de la Diputación de Zaragoza ha retirado todos los materiales derribados en el recinto y ha señalizado el claustro para que los turistas puedan verlo desde la galería cubierta sin salir al exterior.

En los próximos días se procederá a la retirada del árbol. Primero se estabilizará con unos tensores y luego se talarán la copa y el mayor número de ramas posible para quitarle peso. Finalmente, se levantará y se desplazará para poder trocearlo.