REAL ZARAGOZA

Clamor arbitral en La Romareda

El Real Zaragoza se está viendo clara y gravemente perjudicado por las actuaciones arbitrales, especialmente en sus choques disputados en La Romareda. Ante el Nástic, Figueroa Vázquez desesperaba a la parroquia local, especialmente con la incomprensible expulsión de Borja. Natxo González prefirió morderse la lengua.

Zaragoza.- Cuando finaliza un partido de fútbol, lo normal es que los protagonistas sean los goleadores, un portero que lo para todo o el centrocampista de calidad que mueve a su equipo con soltura y fiabilidad. Eso es lo positivo. Lo negativo, cuando el colegiado del encuentro se convierte en un juez parcial, que influye en el resultado final por encima de sus posibilidades. Y eso ocurrió en La Romareda este domingo.

Figueroa Vázquez cuajó una pésima y desesperante actuación, muy al hilo de la recibida hace sólo unos días en el mismo escenario frente al Alcorcón. Febas, Borja Iglesias o Buff eran objeto de faltas durísimas, al límite del reglamento, pero el andaluz prefería cortar por lo sano las supuestas protestas locales. Y, de paso, mandar al delantero gallego a los vestuarios antes de finalizar la primera parte.

Según el acta, Borja Iglesias recibía la segunda amarilla por "soltar el brazo a un contrario de manera temeraria mostrando desconsideración con él mismo, no estando el balón en juego". Pero para algo están las imágenes. El nueve zaragocista no hizo nada de lo expuesto por el colegiado, sufriendo el arquero visitante, Dimitrievski, un "desmayo" repentino poco deportivo que cambió para siempre el choque.

A partir de ahí, y con 1-0 favorable en el luminoso, el Real Zaragoza remó y remó para acabar recibiendo el empate en las postrimerías del encuentro, cuando parecía que la gran actuación de Cristian y el trabajo colectivo iba a servir para atar tres puntos de manera heroica.

Además, Figueroa Vázquez apuntaba en el mismo acta que el director general del club, Luis Carlos Cuartero, se dirigía hacia él en los siguientes términos: "No le ha dado, te lo has inventado", teniendo que ser "apartado por las fuerzas de orden público puesto que no remitía en su actitud".

Pese a todo, el técnico del Real Zaragoza, Natxo González, prefería mantener su caballerosidad nada más terminar el fragor de la batalla. Porque cómo se explica la diferencia de rasero: "Contando hasta diez y no respondiendo", valoraba, añadiendo que "cuesta no entrar en el debate" y recordando que "el partido se ha dado por televisión y ahí están las imágenes".