REAL ZARAGOZA

Empate heroico a pesar de todo (1-1)

El Real Zaragoza volvía a verse claramente perjudicado por una actuación arbitral, la de Figueroa Vázquez, evitando el triunfo en La Romareda. Los maños, toda la segunda parte con diez tras una incomprensible expulsión de Borja, igualaban a un tanto frente al Nástic, que sólo pudo marcar en las postrimerías del choque.

Zaragoza.- Lo que le está ocurriendo esta temporada al Real Zaragoza con los arbitrajes no es normal. El colegiado del encuentro, Figueroa Vázquez, se cargaba el partido ante el Nástic con una concatenación de decisiones infames, contrarias a cualquier interés local, desembocando en una incomprensible roja a Borja Iglesias. Con todo, los de Natxo González lograban un empate a uno frente a un equipo, el tarraconense, que ni pudo ni supo ganar a pesar de las ventajas.

Natxo González apenas disponía sorpresas, con un once titular prácticamente calcado al habitual de la Liga, sin incluir a hombres como Alain, Papu o Guti que tan bien lo hicieron en Copa. Eso sí, con un Febas recuperado para la causa tras la caza de brujas sufrida ante el Alcorcón. Y el inicio no fue el esperado por parte del Real Zaragoza, agazapado en campo propio ante un Nástic dominador y que amenazaba por medio de Herrera y Maikel Mesa en los primeros compases.

De hecho, los intentos locales de desperezarse pasaban por buscar a Febas, bien marcado en el entramado defensivo tarraconense. Por eso en Segunda tiene tanta importancia el balón parado. Centro medido de Buff a la cabeza de Toquero, quien se adelantaba a todos para cabecear a las mallas en el 18 y abrir la lata. No estaba siendo ni mucho menos la tarde-noche más fluida de fútbol, pero el equipo se adelantaba y se sostenía atrás con el buen hacer de Verdasca.

Incluso el Nástic, ayudado de nuevo por la permisividad arbitral, lograba enfangar el partido para decantar la balanza más de su lado. Y la más clara para igualar la tendrían en el 33, cuando Cristian sacaba una mano prodigiosa tras un cabezazo desde dentro del área, evitando el empate. Pero los catalanes, a lo suyo, consiguieron su cometido. Figueroa Vázquez expulsaba sin motivo alguno a Borja tras un teatro infame de Dimitrievski. Delmás sustituía a Benito, lesionado. Y sólo el resultado daba esperanza, 1-0 al descanso.

Segunda parte

Las circunstancias, totalmente influenciadas por el colegiado del encuentro, pintaban a sufrimiento para los blanquillos. Cristian volvía a salvar a los suyos con un inmenso paradón, tirando de reflejos, en un remate a bocajarro cuando los visitantes ya celebraban el empate. El guion estaba claro: el Real Zaragoza replegado atrás y buscando balones para que Toquero los aguantara como bien pudiera.

Eso y que los minutos pasaran cuanto antes mejor y con las menos cosas que contar posibles. El oxígeno se acababa y Natxo González buscaba un soplo de aire fresco con la entrada de Guti por Febas y de Papu por Toquero. El balón le duraba nada y menos al Real Zaragoza en una apuesta confirmada y decidida por aguantar el 1-0, concediendo las bandas al Nástic y confiando en una arrancada del georgiano para estirarse.

Y también en que Cristian lo parara todo. En el 71 sacaba una nueva mano prodigiosa tras otro remate en el área pequeña de Omar. El equipo eso sí contaba con el enorme apoyo de La Romareda, consciente de las dificultades ajenas implícitas en el choque. La tendría Papu en el 82 tras una gran contra, pero su zurdazo lo atajaba Dimitrievski y ahí morirían las esperanzas.

Porque en el 86, empataría el Nástic. Remate al larguero de los tarraconenses, pero en el rechace cabecearía a las mallas Maikel Mesa. Una verdadera lástima y jarro de agua fría para un equipo con mayúsculas, que había resistido heroicamente pero que difícilmente podía aguantar toda la segunda parte con uno menos. Al menos, se rescató un punto. Aunque sepa a poco.