Zaragoza se suma al negocio de la #ModaHealthy

En los últimos años, la moda healthy se ha afianzado en las sociedades modernas. Fruto de la evolución cosmopolita, Zaragoza se suma a ella. Las campañas online de "influencers", el marketing más sensorial o la multiplicación de negocios "eco" contribuyen a potenciar un estilo de vida en el que la fruta y verdura de siempre son tendencia.

Zaragoza.- En teoría estadística, la moda es "el valor con mayor frecuencia en una distribución de datos". Para la sociopsiología, el "uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo". La itinerancia de las tendencias está estrechamente ligada a la condición poco rectilínea del comportamiento o modo de pensar de la gente. Porque de ser alguna cosa, es influenciable. Y algo envidiosilla. La afición de cambiar más de gusto que de muda rige el orden social. Ya sea por visionarlo en una secuencia cinematográfica, leerlo en una revista de salud, o porque la celebrity de turno lo haya convertido en su leitmotiv, lo copiamos. Hoy, la moda es el wellness. Eso, y sus aliados, que descienden de la cultura del bienestar: que si fitness, meditación, positivismo, dieta equilibrada…De este modo, se convierte al slogan de "la felicidad es salud y viceversa" en la ley que dictamina el objetivo cotidiano de cada vez más personas en el mundo. Y sí, también en Aragón.

#Comersanoesdeguapis

La Organización Mundial de la Salud advierte desde hace años sobre la urgencia de erradicar las calificadas "epidemias del siglo XXI": tabaquismo, diabetes u obesidad. Por ellas, alrededor de 38 millones de personas pierden la vida anualmente. La alarma ha encendido los ánimos de las sociedades desarrolladas, incentivando así una repentina obsesión: limpiarse por dentro y por fuera. ¿Cómo? Volviendo a las recetas de la huerta y a los clásicos milkshakes "pin up" de los 40, con un toque más millenial: mucho color, mucha fruta y mucho hashtag.

La inevitable viralización de los hábitos diarios viene remarcada por las campañas en la red, tan abanderadas por los influencers del momento y sus #ComerSanoEsDeGuapis. Famosos, espontáneos que han ascendido al starsystem e incluso las marcas más conocidas se revelan como incondicionales fans del wellness. En cualquier plataforma, a cualquier momento. El #healthy #lifestyle #sinexcusas es una realidad que prácticamente envuelve las once dimensiones cuánticas. La cuestión es que, al perderse por Instagram, no resulta raro toparse con perfiles cuyo único protagonista es un espumoso y apetecible jugo en vaso, acompañado de alguno de sus ingredientes antes de ser triturado. Es el universo smoothie.

Importado de Estados Unidos y de las zonas geográficas más cosmopolitas de Europa, este mejunje multicromático se ha convertido en el complemento alimenticio idílico para personas de todas las edades. El smoothie ya existía en los años 30, y no es más que fruta troceada rehogada con algún líquido (ya sea agua, leche de cualquier tipo o zumo-base). Poca cosa y mucho bombo para un enjuague frutícola. Muy rico, eso sí. Pero no deja de ser lo de siempre, presentado de manera diferente. Porque eso es lo que tienen las modas actuales: se magnifican gracias a la mecánica del correr como la pólvora de las redes sociales. Y este tema induce a cierta introversión, porque no todo lo que se dice por ahí ha de sentar cátedra: "Internet es un turbulento poso de leyendas urbanas, modas y modismos", aduce el especialista aragonés en Medicina Estética, el doctor Carlos Aznar. La gente se deja llevar "por el ruido" del hábito saludable, que muchas veces dista bastante de la salud.

Nuevos modelos de negocio

Vender piezas troceadas y con buena presentación puede llegar a hacer chiribitas en los ojos
Vender piezas troceadas y con buena presentación puede llegar a hacer chiribitas en los ojos

El mercado está cambiando: según los últimos informes Nielsen sobre comportamiento de compra (2016-2017), este año el consumo de fruta aumentó un 8,5%. Lo mismo sucede con las hortalizas, que creció un 7,4%. ¿Por qué? Por la fiebre del wellness. Además de rellenar la cesta con los productos más tradicionales, la obsesión por lo sano está siendo el germen de modernas tipologías de negocio por todo el mundo. Tanto, que los últimos datos del Ejecutivo comunitario arrojan un superávit comercial de los sectores agroalimentarios de 16.800 millones de euros y ya incluso existe un ranking oficial de los países Top10 en hábitos saludables. Según el informe Bloomberg 2017, España se sitúa en el puesto número seis, por debajo de Italia (1º), Islandia (2º), Suiza (3º), Singapur (4º) y Australia (5º).

Tan solo hay que saber detectar la necesidad y plantear un producto ajustado. Esto es de primero de marketing. Lo que aporta el valor añadido al servicio es la creatividad, y parece que el sistema está calando de manera apremiante entre los zaragozanos. Eva Pilar Muniesa es propietaria de un curioso local en mitad de "El tubo de Zaragoza". Sus productos estrella: fruta y verdura 100% de la huertica maña. Pero no es una frute-verdulería al uso, sencillamente, porque ya no se lleva. "Es triste que comer fruta esté de moda, pero ahora para darle boom a la vida sana hay que ingeniárselas", concreta Eva.

Ella se ha basado en uno de los instintos más reptilianos del humano: la vista. Jugar con ella es la clave, y resulta mucho más apetecible para cualquiera saborear una simpática figura o un melocotón embellezado en forma de flor. Es lo que se llama "arte a bocados". Además, cuenta que tras largo rato de observación, descubrió que mucha gente descartaba ingerir fruta "por perezosa, porque pelarla lleva un tiempecico". Por esto, vender piezas troceadas y con buena presentación puede llegar a hacer "chiribitas" en los ojos.

Otro término subido a la tarima en la era healthy es la sostenibilidad como filosofía de vida. Y es la que comparte el proyecto de Germinal Barrena: un supermercado de productos ecológicos, pero no únicamente sujeto a la circunscripción más tangible de la compra-venta. Su responsable vierte reflexión sobre la esfera nutricional y un posible cambio de modelo: "Me pregunto cuál sería el impacto económico a nivel de sanidad si toda la gente consumiera productos saludables. Te puedo asegurar que mucha gente no haría uso excesivo del sistema sanitario. Esto tradúcelo a millones de euros, que podrían destinarse a otro tipo de necesidades sociales", analiza. El mercado aragonés hace justicia a eso de ser "cabezudicos". Por lo visto, "Zaragoza es dura, y ha costado asentar negocio", revela Germinal. Aun así, en el último año, las estadísticas presentan tendencias positivas, y la moda healthy atrapa a cada vez más mañicos.

Naturalismos alimenticios

Para algunas áreas geográficas, el bombo saludable puede resultar beneficioso. Y es el caso de la Comunidad aragonesa. Respecto al número de hectáreas, la superficie total inscrita en producción ecológica en Aragón es de casi 60.000 ha y cada vez se echa más mano de ella porque "ya sea por cuestiones culturales o de concienciación, el target sigue tendencias ascendentes", matiza Germinal. La alarmista mediaticidad sobre algunos productos transmuta el viraje ciudadano hacia lo puramente denominado natural: "El sello ecológico atiende a unos parámetros de calidad, no se sobrecarga con producto tóxico, y se basa en primeras extracciones. Yo me como las zanahorias recién arrancadas y sin lavar", zanja.

La obsesión por lo sano está siendo el germen de modernas tipologías de negocio por todo el mundo
La obsesión por lo sano está siendo el germen de modernas tipologías de negocio por todo el mundo

No obstante, el concepto del naturalismo alimenticio planea sobre un ambiente nublado por la controversia. ¿Es realmente tan sano? ¿Es justificada la altitud del precio? Para el doctor Aznar, la garantía nutricional entre una manzana no eco y otra eco no atiende a una variación excesiva. Tampoco lo hace si esas vitaminas se presentan en smoothie. Para Aznar, "la polémica radica en el negocio" y en la "magnificación" que se está haciendo de ello a través de los medios de comunicación.

Esta visión la defiende Germinal, pues las "leyes de mercado" son las que ensalzan o demonizan un producto, y las noticias se prestan a ello muchas veces con los "mitos y rumores": ocurrió con el aceite de palma, el de oliva, con las grasas saturadas, y "no es que sean malos en sí". Lo malo es el "exceso de consumo", explica. Y ya se sabe cómo sigue el refrán. En cuanto a la errante variable-precio, Germinal justifica que lo que se paga es un alimento libre de aditamentos químicos, "además de por un sistema que no emplea cierta maquinaria o intermediación". Según él, es un modo de potenciar y valorar merecidamente la labor agrícola, y la propia salud, porque "la comida es la base de nuestra vida", concluye.

La FAO acaba de publicar unas angustiosas estadísticas: Más de 815 millones de personas, unas 17 veces la población de España, se va a dormir cada día sin la ingesta necesaria de calorías mínimas. El fundamento de la visión de negocio de Eva parte de aquí: "Nos dimos cuenta de la cantidad de fruta que la gente o el propio sector hostelero despreciaba por tener una simple mancha o rajita". En cierto sentido, este es el espíritu al que se acoge el healthy business del momento. Un negocio que no solo promueve lo saludable, sino una caritativa y virtuosa contribución al mundo. Y eso, tira mucho, ya sea un sentimiento verdadero o puro postureo. Porque ya se sabe: "Año de higos, año de amigos".