Zaragoza.- Caminar en silla de ruedas encierra muchas más dificultades de las que puede aparentarse a simple vista; más aún, si el entrono es urbano. Sobre esto y mucho más quiere concienciar a la ciudadanía la Semana Europea de la Movilidad, que se celebra del 17 al 22 de septiembre en varias ciudades del continente. Durante la mañana de este domingo, la calle Cesáreo Alierta de Zaragoza ha sido el escenario principal del acto inaugural de la iniciativa en Aragón. A él ha acudido, como embajador del respaldo institucional a la sostenibilidad, el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve.
El objetivo de esta celebración es la promoción del desplazamiento activo sostenible, como caminar a pie, en bicicleta, o mediante la conducción de vehículos eléctricos. Todo ello, está circunscrito a la campaña global encaminada a la reducción de carbono. En esta edición, el tema principal es el "sistema de transporte del futuro", es decir, aquel que contribuye a la mejora medioambiental y social. Santisteve ha destacado que el Ayuntamiento de Zaragoza "está apostando por el compromiso europeo de reducción del 40% de las emisiones de CO2 para 2020", que poco a poco precisa la transición de la economía del carbono a la renobable. En este nuevo modelo "prima el peatón, el ciclista, el transporte público y el coche eléctrico, que poco a poco va imponiéndose al carburante", ha matizado el alcalde.
Además de la representación consistorial, cientos de personas se han pasado también por la zona, cerrada al tráfico. Durante varias horas, han podido probar las diferentes actividades preparadas, y principalmente orientadas a sensibilizar acerca del concepto de la movilidad y cómo ha de llevarse a cabo un desplazamiento responsable. Este, entre otras, se centra en ayudar y no entorpecer a los demás, porque un vehículo puede ser un coche, una motocicleta o un camión. Pero para muchas personas también lo es la silla de ruedas.
En este sentido, asociaciones como Disminuidos Físicos de Aragón (DFA) han retado a todos a sortear varios obstáculos que una persona en silla de ruedas se encuentra diariamente por la ciudad, donde un cubo de basura puede convertirse en un problema. "Lo más complicado para los que llevamos silla son las rampas y las escaleras", ha revelado Elisa, voluntaria de DFA. Según ella, iniciativas como estas son muy necesarias porque "la gente al final se da cuenta de que la ciudad es mucho más complicada de lo que parece". En este sentido, DFA aplaude las bases de la Semana de la Movilidad, porque anima a las instituciones a mejorar las infraestructuras de, por ejemplo, los transportes públicos, además de hacer entender a las personas lo que supone para ellos. "Muchas veces los buses urbanos no llevan rampa, y, en otras, los conductores directamente no quieren bajarse porque resulta un engorro la colocación de la rampa", ha criticado Elisa.
Bajo el lema "supera tus límites", la Semana de la Movilidad también ha desplegado circuitos en motocicleta enfocados a la descongestión de tráfico. Todo aquel que deseara mejorar su estilo de conducción, ha podido subirse a la moto y ser testeado por un experto. "Una de las principales debilidades que estamos localizando en los usuarios es que miran demasiado cerca, lo cual favorece a la pérdida de equilibrio y a una peor gestión del riesgo en carretera. Cuando terminan, les damos una serie de consejos", ha explicado el instructor.
Por otro lado, la conducción eléctica está presupuesta como el transporte por excelencia de aquí a un tiempo. El tramo de Cesáreo Alierta hasta San José se ha llenado de diferentes vehículos "futuristas", que también han manejado aquellos que lo desearan. De este modo, la Semana de la Movilidad aboga por combatir el reto del cambio climático mediante la fuerza conjunta de la población. La meta es que cada ciudadano asuma su cuota de responsabilidad, para que, ya lo dice el refrán "granito a granito", se vaya construyendo una sociedad mejor.
