Mequinenza dobla su apuesta por la agricultura

En plena crisis, más 200 agricultores mequinenzanos vieron futuro en apostar por el regadío social. Cinco años después de que iniciaran la aventura, están convencidos de haber acertado. Ahora su intención es doblar la apuesta, ampliando hasta más de 3.000 el número de hectáreas a las que llevar el agua desde el embalse de Mequinenza.

Zaragoza.- Medio siglo después de que la industrialización de las grandes ciudades vaciara los pueblos de media España, la agricultura frutícola podría convertirse en el revulsivo que les devuelva la vida. No es ninguna broma. Eso ya está ocurriendo en el municipio zaragozano de Mequinenza, donde una importante apuesta por el regadío, que inició su actividad en 2012, ha multiplicado por 20 la productividad de algo más de 1.500 hectáreas.

Una gran tubería que saca agua del embalse de Mequinenza es la protagonista de la transformación, que les ha permitido a más de 200 agricultores, dejar el cereal por los cerezos, los albaricoques, las nectarinas los paraguayos o las almendras. Después de cinco años, la mayoría de los que apostaron por unirse a este regadío social están acabando de retornar la inversión o, incluso, ya recogen beneficios. Por ello, hay una gran demanda social, en la que incluso se ha involucrado el consistorio, para poner en marcha una ampliación de este proyecto, que duplicaría tanto las hectáreas como el número de beneficiarios.

La inversión también sería similar, en torno a los 19 millones de euros. En la primera fase, el Gobierno de Aragón se hizo cargo del 75% de la inversión. Esta vez, las condiciones no serán tan ventajosas porque la situación económica no lo permite. Concurrirán a una convocatoria de subvenciones que la DGA publicará en los próximos meses y, si la consiguen, la Administración aragonesa aportará el 50%.

Si esto ocurre, en muy pocos años, aun saliendo de una grave crisis, Mequinenza estaría doblando su apuesta por la agricultura. Y todo ello en un municipio zaragoza sin apenas tradición agrícola. Su orografía lo impidió históricamente, a pesar de encontrarse en el Bajo Cinca, junto a algunos de los municipios más activos en la producción de fruta dulce de Aragón, como son Fraga o Zaidín.

Y no es que no lo intentasen décadas atrás. Como cuenta el concejal de Agricultura del municipio, Antonio Sanjuán, que también es agricultor y regante, “no se permitió que estos terrenos entraran en el primer plan de regadíos sociales que puso en marcha el Gobierno de Aragón, porque limitaba la cota a 280 metros sobre el nivel del mar”. Así que hasta los primeros años 2000 solo pudieron surgir “pequeños proyectos, sin ayudas, ni planes, ni subvenciones”.

Junto a la infraestructura, fue informado de los buenos datos que ha generado esta transformación agraria
Junto a la infraestructura, fue informado de los buenos datos que ha generado esta transformación agraria

Cuando cambiaron las condiciones del plan, en el año 2003, los agricultores mequinenzanos vieron “una clara posibilidad y nos metimos”. Eso sí, “costó convencer de la apuesta porque otros proyectos eran técnicamente más fáciles”, pero tenían la corazonada de que era viable apostar por la fruta dulce y los frutos secos. “Eso es, desde luego, lo que ha hecho viable este regadío”, explica Sanjuan.

Preparados y listos para la segunda fase

La comunidad de regantes de Mequinenza ha intentado adelantar todo el trabajo posible ante la posibilidad de que se pusiera en marcha una línea de subvenciones para regadíos. Y el deseo se hizo realidad este año, cuando lo anunció el presidente de Aragón, Javier Lambán, el pasado mes de mayo, precisamente durante una visita a este municipio y sus tierras regables.

Aunque son conscientes de que concurrirán muchos competidores, están convencidos de que su proyecto será bien valorado. Los regantes contrataron a Sarga para la redacción de la obra y están convencidos de que se ha hecho un buen trabajo que les permitirá “conseguir la máxima puntuación posible”. Y confían también en otro de sus puntos fuertes: “Los buenos resultados de la primera fase”, por los que “ya se nos empieza a conocer”.

Una apuesta en contra de la UE

El Ejecutivo autonómico aportará 50 millones de euros y, con los proyectos seleccionados, la inversión total, entre administración pública e iniciativa privada, ascenderá hasta duplicar la cuantía. Una apuesta considerable para los tiempos que corren y más aún teniendo en cuenta que la Unión Europea no ve con buenos ojos la inversión pública en este tipo de agricultura.

Los regantes captan unos 1.000 litros de agua por segundo del embalse
Los regantes captan unos 1.000 litros de agua por segundo del embalse

Y no solo porque no apoye económicamente iniciativas inversoras como estas, sino que la DGA ha tenido que esperar a recibir la autorización de la Comisión Europea para poder ponerla en marcha.

Mucho más que agricultura

Esta iniciativa ha transformado el panorama agrícola de Mequinenza gracias a la visión de estos empresarios, que bien se merecerían el título de auténticos emprendedores. Pero no solo ha cambiado este sector, porque con él viene aparejada la instalación de empresas de servicio auxiliares, o incluso transformadoras. “Poco a poco van llegando al polígono industrial del municipio, asegura Sanjuán, y eso que tienen el hándicap de enmarcarse dentro de una comarca en la que se han sumado tarde al desarrollo de la fruticultura.

Y todo ello teniendo en cuenta que el sector de la fruta no está pasando por su mejor momento, ya que vive una crisis de precios que ha llevado a los agricultores de la zona a sacar los tractores a las calles de Fraga, e incluso a cortar la A-2. “Como aquí el 50% de las tierras apostaron por el fruto seco, estamos sobreviviendo bastante bien”, asegura Sanjuán. La clave, según apunta es “buscar alternativas, y Mequinenza es un buen ejemplo de ello”.