A pesar de ello, no se necesitan grandes invitados ni grandes producciones para que tu Festival sea un éxito. Ejemplo de ello es la muestra que se celebra todos los años en Ascaso, donde no son necesarias más que 60 sillas y una gran pantalla para poder disfrutar del mejor cine de autor.
Los grandes olvidados
Sin embargo, acudir al cine para poder disfrutar de un cortometraje es tarea imposible, no solo en Aragón, sino en el resto del planeta Tierra. Las pequeñas muestras, cines alternativos o pequeñas salas son las opciones y salidas para los aficionados a estas producciones. Aun así, son los Festivales de Cine los que hacen posible que estos proyectos tengan visibilidad. En esta máxima se ponen de acuerdo tanto directores como creadores, que destacan "la gran suerte de que existan".
"Si no fuera por Festivales como el de Tarazona nosotros no podríamos enseñar nuestro trabajo", consideró Mario Hernández, creador de Por Sifo, su último cortometraje presentado hace unas semanas en el Festival de Paco Martínez Soria. Para el director del Festival de Cine de Zaragoza, José Luis Anchelergues, "una parte de esta culpa la tenemos los festivales, no toda, no al 100%, pero sí la mayor parte".
Educar desde pequeños
La Muestra de Cine de Ascaso, la más pequeña del mundo, se celebra del 29 de agosto al 2 de septiembre
Sin embargo, la parte más importante para el éxito es el público. "La gente no sabe que se proyectan estos cortos" explica Anchelergues, para quien, en el pasado "la mayoría de personas que venían a ver los trabajos eran familiares o amigos, por lo que costaba mucho enganchar". Pero, hoy por hoy, a ese público se le ha añadido otro "que no tiene nada que ver". "Cada vez se acude más y se apoya más al sector", apunta el director del FCZ.
"Es cosa de la educación", señala Carmen Pemán. Tanto el Festival de la Almunia como el de Zaragoza tienen un certamen potente de escolares. "Ellos son el futuro", valora Anchelergues, por lo que "todas las acciones deben estar destinadas a ellos". En la Almunia llevan a cabo el concurso de escolares en colaboración con la fundación Giménez Abad para transmitir "valores educativos y ciudadanos a niños de primaria y secundaria".
Algo en lo que Raúl García Medrano está de acuerdo: "hay que educar desde la época escolar en la cultura cineasta". "Lo importante es que al final estamos enseñando a futuros espectadores", recuerda Anchelergues. Una tablet, un móvil o una cámara son suficientes para que estos pequeños cineastas se introduzcan en el mundo del cine "queremos que nos cuenten sus historias, que desarrollen su creatividad", concluye el director del FCZ.
Más y mejores ayudas
Todos ellos apuntan hacia la buena calidad de las obras que se están viendo estos últimos años. Anchelergues habla de "los centros de formación que están desde hace unos tres años y las ayudas económicas". En los últimos tiempos, las administraciones públicas "se han puesto las pilas", explica el director del FCZ.
Sin ir más lejos, este último mes de agosto se cerraba la convocatoria del Gobierno de Aragón para ayudas públicas a largometrajes, mediometrajes y cortometrajes. Hasta el 10 de agosto, tanto cineastas nóveles como experimentados podían acceder a los casi 600.000 euros en ayudas para sus producciones.
En concreto, este ejercicio, el Gobierno destinó 500.000 euros para largos y medios, de los cuales 420.000 eran para producción y postproducción, y 60.750 para cortos, dividiendo entre primerizos –hasta 7.000 euros- y expertos –hasta 10.000-.
"Ahora hay más subvenciones que hace unos años", explica la directora del Festival de Cine de la Almunia, Carmen Pemán, "se nota que las producciones tienen mejor calidad gracias a ellas". Sin embargo, su acceso continúa siendo complicado.
Aragón pisa fuerte
Directores de los festivales de Zaragoza, Almunia y Fuentes, los más antiguos de Aragón
Aragón es una comunidad plagada de cineastas. Es algo en lo que concuerdan todos ellos. Un 10% de los trabajos que recibió el festival de cine de la Almunia, aproximadamente, estuvo firmado por un aragonés. Mientras, el Festival de Tarazona contó con cinco participantes patrios en su XIV edición.
Sin embargo, también los hay que quieren explotar al 100% el potencial de la zona. La Muestra de Cortometrajes Aragoneses nació en las fiestas de un barrio zaragozano, concretamente el de Delicias y escoge cada año unos cuantos cortos con dos claros objetivos para "matar dos pájaros de un tiro". "Por un lado se aporta un acto cultural para el disfrute de todos los vecinos y por otro se da una oportunidad a aquellos cineastas que quisieran mostrar sus trabajos sin ningún afán competitivo", explican desde la Muestra.
Por ella han pasado los más grandes directores aragoneses de este siglo: Jorge Nebra, Fernando Usón, Miguel Ángel Lamata, Paula Ortiz y un largo etcétera.
Cada año los 24 Festivales aragoneses se superan para seguir consolidándose, "siempre hay algo que mejorar", comenta Anchelergues, quien se compara con Andalucía o País Vasco ya que "llevan más tiempo y tienen más experiencia". Sin embargo, los equipos "van creciendo bastante, con nuevas visiones, nuevas caras y nuevas ideas", explica Pemán.
Por eso, cuando una edición acaba, ninguno de ellos puede perder el tiempo, "el día de la despedida ya pensamos en la siguiente", asegura Medrano, porque el espectáculo debe continuar.