SEGÚN LOS FORENSES DEL IMLA

La acusada por el incendio en la residencia de Santa Fe sabía que su actitud era ilícita, pero no las consecuencias

Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón han concluido este jueves que la acusada de provocar el incendio en la residencia de Santa Fe sabía distinguir entre el bien y el mal. Así, era consciente de que quemar una residencia es una actividad "inadecuada e ilícita", aunque no valoró las consecuencias.

Zaragoza.- La acusada de provocar el incendio en la residencia de Santa Fe, María del Carmen A. S., "distinguía entre el bien y el mal" y sabía que quemar un centro de este tipo es una actitud "inadecuada e ilícita". No obstante, su reducción de la capacidad mental -presenta un déficit intelectivo leve- supone que haga "una inadecuada valoración de las consecuencias de esos hechos".

Así lo ha expuesto este jueves el médico forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) Salvador Baena que, junto a su compañero Paulino Querol, ha hecho un perfil de la acusada, a la que juzga un jurado popular desde el pasado lunes. Ambos entienden que presenta una merma leve y parcial de su imputabilidad.

"Ya he estado en Zuera y no pasa nada, no tengo ningún problema". Así se lo reconoció María del Carmen A. S. a Baena, según ha explicado este a los jurados. Esto significa que "no tiene limitaciones desde el punto de vista psiquiátrico y mental para valorar la ilicitud de unos hechos", ha apostillado.

Este médico forense considera que a María del Carmen A. S. se le declaró incapaz civilmente -nombrándose a su hijo como su tutor legal- porque "se le diagnosticó erróneamente" que padecía demencia. Baena ha resaltado la "frialdad" y "falta de empatía" con las víctimas en la procesada y ha apuntado a dos elementos "desestabilizadores" de su conducta.

Por un lado, María del Carmen A. S. tenía 62 años y convivía con personas de 80, quería marcharse de esa residencia a la que "despreciaba" y llamaba "el chalet". "No me gustan los abuelos", reconoció a los forenses. Por otro lado, su hijo se iba a casar y ella comentaba que su nuera "no quería verla en su boda".

Los forenses del IMLA creen que la acusada es capaz de preparar un incendio como el de la residencia de Santa Fe porque "es un acto enormemente sencillo". No lo entiende así el psiquiatra Fernando Sopesens, propuesto por la defensa, que habla de una afectación "de moderada a grave" en sus capacidades.

Con sus rasgos narcisistas y su capacidad intelectiva, Sopesens entiende que la acusada no es capaz de hacer una planificación, arriesgar y perder sus pertenencias -audífonos, dentadura, joyas de su madre- para evitar ser acusada de ese incendio.

Nueve fallecidos por asfixia

Los nueve ancianos que fallecieron en el incendio murieron asfixiados por inhalación de monóxido de carbono y cuando percibieron que algo estaba sucediendo no pudieron huir porque la inhalación del gas ya les había producido una parálisis en las piernas, con pérdida de conciencia. Es la conclusión a la que llega la forense del IMLA Dolores Ramón, que también ha declarado este jueves. Los residentes, que estaban vivos en el momento del fuego, presentaban lesiones por el humo y las altas temperaturas, pero no por la acción directa de las llamas.

El incendio fue provocado encima de la cama de la habitación número dos de la primera planta del geriátrico porque ahí existía una "mayor destrucción por la acción directa del fuego". Así lo han apuntado los agentes del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de Barcelona.

Concluyen que el fuego fue "intencionado", causado por "la acción humana" y, en concreto, por "una llama abierta procedente de un mechero, una cerilla o un trapo prendido". Reconocen que si la funda del colchón hubiera sido ignífuga no habría ardido con la misma rapidez.