Zaragoza.- La ronda de visitas del Gobierno de Aragón a los municipios mineros de la provincia de Teruel ha llegado este lunes a la localidad de Escucha, cuyo acalde, Javier Carbo, ha expuesto junto a otros miembros de la corporación los proyectos y las necesidades del municipio. Tras la presentación en la casa consistorial, la delegación del Ejecutivo y los representantes municipales han acudido en primer lugar al Pozo Pilar, entrada de una explotación ya abandonada muy próxima al Museo Minero y un espacio expositivo anejo. Un pozo cuyo castillete se pretende restaurar para potenciar la actividad turística vinculada a la antigua minería del carbón ante el declive de la misma.
La restauración del castillete del Pozo Pilar -una torre-grúa con enormes poleas para los montacargas que cuando estaba la explotación en activo se usaban para el acceso de los mineros, para subir y bajar herramientas y también para cargar carbón- es el proyecto que el Ayuntamiento ha presentado en el paquete de 46 proyectos de inversión supervisados recientemente por la Mesa de la Minería para acogerse a las ayudas del carbón 2013-2018.
La actuación serviría para complementar la oferta del Museo Minero de Escucha, que actualmente atrae unos 25.000 visitantes al año y supondría la creación de dos puestos de trabajo.
Tras conocer el castillete del pozo del Pilar, la delegación del Gobierno, compuesta por el director general de Energía y Minas, Alfonso Gómez, el gerente de la empresa pública Aragón Exterior (Arex), Javier Andrés –ambos dependientes del Departamento de Economía, Industria y Empleo- y el delegado territorial en Teruel, Antonio Arrufat, han visitado los polígonos industriales de la localidad y un centro de día que está concluido pero cuya puesta en servicio está pendiente y que podría crear cuatro empleos.
Han conocido directamente las tres empresas instaladas actualmente en Escucha: Fertinagro, dedicada a los fertilizantes; Genepol, de tratamiento y gestión de residuos y de plásticos; y Hermanos Lambea, dedicada a mecanización. Las dos primeras tienen una plantilla de entre 35 y 40 trabajadores cada una y la tercera, doce.
El municipio tiene también alguna explotación ganadera, pero carece de espacio disponible para poder expandirse en este sector, al igual que tampoco puede plantearse alternativas con la agricultura dada la difícil orografía de la zona.
