Niegan su pertenencia a una red de traficantes y aseguran que la droga de sus viviendas era para el autoconsumo

Este lunes ha comenzado el juicio contra nueve presuntos traficantes detenidos en Zaragoza y Tudela en junio de 2016. Han negado que constituyan un grupo criminal, como les acusa la fiscal, y la mayoría ha explicado que la droga hallada en sus domicilios era para autoconsumo. La Fiscalía pide penas que suman más de 67 años de cárcel.

Zaragoza.- La Audiencia Provincial de Zaragoza ha comenzado a juzgar, este lunes, a nueve presuntos traficantes que fueron detenidos en la capital aragonesa y en Tudela (Navarra) en junio de 2016. Niegan que formen parte de un grupo criminal, como les acusa la Fiscalía, y aseguran que la droga hallada en sus viviendas así como otras sustancias eran para su autoconsumo.

Además de un delito de pertenencia a grupo criminal, el Ministerio Público les acusa de tráfico de drogas y a dos de ellos de tenencia ilícita de armas. Delitos por los que pide penas que suman más de 67 años de cárcel y 131.000 euros de multa. En los distintos registros practicados se hallaron drogas valoradas en 6.000 euros, sustancias de corte, básculas, armas, etc.

En el escalón superior del grupo la Fiscalía sitúa a los acusados Emilio C. M. y David E. R., domiciliados en Tudela, quienes proveían presuntamente la droga a los hermanos Pedro Diego y Sergio G. P., residentes en el barrio de Juslibol (Zaragoza). Todos ellos han reconocido que son amigos y consumen droga, pero han negado dedicarse a la compraventa de estupefacientes.

Sergio G. P. ha admitido que viajó a Tudela para comprar droga, en concreto un paquete de 158 gramos (la cantidad más elevada incautada en esta operación). Según su declaración, se la vendió "un musulmán al que llamaban Musta" y él se la dosificaba.

Pedro G. ha explicado asimismo que parte de las sustancias que la Policía intervino en su casa eran "para adelgazar". Los agentes también se incautaron de cartuchos, balas y una escopeta marca Franchi. Por ello, la fiscal le acusa también de tenencia ilícita de armas. Según este acusado, el arma "era de su padre" y él quería sacarse la licencia para ponerla a su nombre.

Una red de distribuidores

También está acusado de tenencia ilícita de armas, así como de tenencia de armas prohibidas, Iván L., uno de los presuntos distribuidores de droga de la red. Según ha explicado, caminaba por el monte junto a su perro y el animal tiró de una correa y "salió una bolsa de deporte" con las armas. Como aficionado, decidió quedárselas y, aunque reconoce que las probó en su casa de Garrapinillos, asegura que "jamás han salido de casa". "Soy muy consciente de lo que son y para lo que son", ha precisado. Sobre la droga que se intervino en su domicilio, ha asegurado que es consumidor habitual de pastillas, pero no se ha responsabilizado del speed que se encontró.

En esta operación, también fueron detenidos Miguel Ángel N. y Susana M., que había comprado droga para su consumo, según ha declarado el primero, quien ha asegurado que consume "de todo, menos cocaína y heroína". Su pareja sí ha reconocido que parte de la droga que ella portaba iba destinada a la compraventa: "Sí porque no tengo medios para pagar. Yo no trabajo, mi padre y mi hija no me pagaban ni un duro y vivo en casa de mis padres".

Otra de las acusadas, María Sonia S. G., ha negado cualquier vínculo con los acusados. Por su parte, Ángel D. P. ha explicado que no es un gran traficante, aunque sí le ha dado droga "a algún amigo". Era amigo de Iván L. y le ayuda en su trabajo en un taller de motos, sabía que consumía "bastante", pero nunca ha colaborado con él en el menudeo, según ha explicado.

El juicio continuará este martes.