ASESINATO EN EJEA

"Dije que había matado a Montori para impresionar, que me perdone"

Un jurado popular juzga desde este lunes a un vecino de Ejea de los Caballeros por decapitar presuntamente a otro ejeano en 1996. El acusado ha negado los hechos y ha señalado que la Guardia Civil hizo "un corta y pega de su huella" para situarla en la escena del crimen. El caso se reabrió en 2016, dos meses antes de que el delito prescribiera.

Zaragoza.- No era la primera vez que se sentaba en el banquillo, de hecho Pablo Miguel Canales ha llegado a la Audiencia de Zaragoza desde la cárcel de Zuera donde está preso

"Yo no he matado a Eduardo Montori", ha repetido el acusado en varias ocasiones. Canales le consideraba "un hermano mayor" y "jamás" discutió con él, tal y como ha subrayado. El procesado se ha desvinculado de los negocios de tráfico de drogas a los que se dedicaba la víctima y de las estafas que llevaba a cabo. "Le daba igual todo, a un pastor de Calatayud le vendió 5.000 lentejas como si fueran 5.000 pastillas de éxtasis", ha ejemplificado.

También ha declarado que cuando su madre le contó que habían hallado muerto a Eduardo Montori pensó que podía tratarse "de los de Pamplona", en referencia al dueño de un bar al que le había comprado cocaína y al que pagó con un cheque "que luego resultó ser falso". "Yo le decía ten en cuenta que algún día te van a clavar algún palizón", ha añadido. Además, el acusado ha negado que la víctima le debiera dinero: "Al revés, yo le debería abonar los favores que me hizo o las copas que me bebí por su cara".

Canales no solo ha negado su participación en este asesinato sino que también ha rechazado que estuviera en el lugar del crimen. No lo entiende así la Guardia Civil que tras un nuevo cotejo de una huella palmar ensangrentada hallada en el lugar de los hechos, descubrió que esta se correspondía con la de Pablo Miguel Canales. Eso llevó al juez a reabrir el caso, 20 años después y a falta de dos meses para que el delito prescribiera.

El acusado culpa ahora a la Guardia Civil de haber hecho "un corta y pega" de su huella para situarla en la escena porque, según ha asegurado, él no estuvo en la habitación donde apareció Montori decapitado, con 16 puñaladas y con el cuerpo parcialmente quemado. "Han hecho coincidir todo y me han utilizado de cabeza de turco", ha asegurado Canales a preguntas del abogado de la familia de la víctima, Javier Notivoli.

Pablo Miguel Canales, defendido por el letrado Javier Elía, también ha asegurado que cuando amenazó a los agentes de la Policía Local de Ejea diciéndoles que iba a cortarles la cabeza "como a Montori" lo hizo de forma "irónica" y para "reprocharles" que le consideren sospechoso del asesinato de Montori. Asegura que es algo que hizo en más de una ocasión y que los agentes aprovecharon para "ponerse la medalla" de haber cerrado el caso cuando apenas faltaban dos meses para que el delito prescribiera.

Un relato que Canales también empleaba para "impresionar": "Yo tengo varias entradas en la cárcel y lo que más impacta allí es la historia de un gacho [sic] al que le cortaron la cabeza y jugaron a fútbol con ella. Cuando yo quiero impresionar, utilizo aquello. Que me perdone, pero la verdad es que lo empleo".

También quería "impresionar" a su exmujer, que ha declarado como testigo en la sesión de este martes. "Decía esas cosas para intimidarme, para meterme miedo, pero no sé si es o no verdad", ha relatado tras un biombo. Eso sí, ha reconocido que siempre que se lo decía el acusado estaba bajo la influencia del alcohol o las drogas. Su expareja también ha indicado que "en varias ocasiones" le intimidó con un cuchillo.