Soy jurado popular

Más de 20 años tiene la ley que regula la figura del jurado popular. Un tipo de tribunal que en Aragón ha juzgado algunos de los casos con mayor impacto social. El último fue el caso Karting, en el que nueve hombres y mujeres del pueblo acordaron la no culpabilidad de los acusados. El próximo 25 de abril otro jurado juzgará un asesinato.

Zaragoza.- La Constitución española de 1978 establece, en su artículo 125, que los ciudadanos podrán participar en la Administración de Justicia mediante la institución del jurado. Los más de 20 años de vigencia de la Ley del Tribunal del Jurado no han estado exentos de polémica sobre esta figura. Y es que la forma de afrontar un juicio cambia cuando son nueve hombres y mujeres del pueblo, sin conocimientos de Derecho, quienes han de decidir sobre la culpabilidad o inocencia.

En Aragón, diferentes jurados populares han juzgado algunos de los casos que más interés han despertado en la sociedad. El último fue el caso Karting cuyo veredicto de no culpabilidad para los tres acusados sorprendió a más de uno

Otro jurado popular ocupará una de las salas de la Audiencia Provincial de Zaragoza el próximo 25 de abril. El delito al que se enfrentará será un asesinato, el de Eduardo Montori en Ejea de los Caballeros ocurrido hace dos décadas. En el banquillo se sentará Pablo Miguel C. L., que se enfrenta a 18 años de cárcel.

Más de dos décadas han pasado desde que se aprobó la ley que regula la figura del jurado popular en España. Fue en 1995. Una norma que determina que cualquier ciudadano puede ser elegido para conformar un tribunal, del mismo modo que cualquiera puede ser llamado para formar parte de una mesa electoral. 

Poco sabía sobre los jurados populares Marta (nombre ficticio), que recibió hace casi tres años una carta certificada para informarle de que en los próximos dos años podía ser miembro de uno de estos tribunales. Entonces tuvo que rellenar un breve cuestionario en el que indicaba que era "apta" para la misión.

En enero de este año, recibió otra comunicación. En ella se le instaba a presentarse en la Audiencia de Zaragoza el 13 de marzo como "posible candidata" para formar parte del jurado popular que, desde ese día, iba a juzgar un nuevo procedimiento. Se trataba del caso Karting, en el que estaban acusados el exgerente de Plaza Ricardo García Becerril, el exconsejero delegado Carlos Esco y el dueño del antiguo kartódromo junto a la A-2 Santiago Becerril.

"Al principio me quise negar. No, yo no quiero ser jurado, qué miedo", pensó Marta, pero luego vio ante ella "una experiencia nueva". "Al final me apeteció", reconoce. 

Lo cierto es que ser parte de un jurado popular es una obligación ciudadana equivalente a la de ser miembro de una mesa electoral. La ley recoge de hecho que el magistrado-presidente impondrá la multa de 150 euros (25.000 pesetas) al candidato a jurado convocado que no comparezca a la primera citación ni justifique su ausencia. Si no compareciera a la segunda citación, la multa será de 600 a 1.500 euros (entre 100.000 y 250.000 pesetas).

¿Quiénes pueden ser miembros de un jurado popular?

Los hermanos Morales también fueron juzgados por un jurado popular
Los hermanos Morales también fueron juzgados por un jurado popular

Para poder ser elegido miembro de un tribunal popular basta así con ser español mayor de edad, encontrarse en el pleno ejercicio de sus derechos políticos, saber leer y escribir, ser vecino, al tiempo de la designación, de cualquiera de los municipios de la provincia en la que el delito se haya cometido y no estar impedido física, psíquica o sensorialmente para el desempeño de la función de jurado.

Asimismo, la ley incapacita para ser jurado a los condenados por un delito doloso, que no hayan obtenido la rehabilitación; a los procesados y aquellos acusados respecto de los cuales se haya acordado la apertura de juicio oral y quienes estén detenidos, en prisión provisional o cumpliendo pena y a los suspendidos en un procedimiento penal de su empleo o cargo público, mientras dure dicha suspensión.

Los once jurados que se seleccionan para cada caso (nueve hombres y mujeres más dos suplentes) deben confirmar su "aptitud" ante el magistrado-presidente y después se someten a una serie de preguntas formuladas por las acusaciones y las defensas.

"Me preguntaron si había estado en algún juicio, si conocía a alguien que hubiera estado, si trabajaba o no, si había leído sobre Plaza...", recuerda Marta, que acabó siendo seleccionada.

El trabajo del jurado

"Estuvimos muy atentos durante todo el juicio y asumimos que teníamos una gran responsabilidad", relata Marta, que recuerda cómo cada abogado intentaba llevarles "a su terreno". 

Tras el juicio, el jurado popular debe emitir un veredicto que será la base de la sentencia que dicte posteriormente el magistrado-presidente. Para ello, los nueve hombres y mujeres del pueblo cuentan con el objeto del veredicto, un cuestionario con preguntas acerca de los hechos juzgados que debe responder. Lo hacen en una sala e incomunicados. 

En el caso del karting, tras más de seis horas de deliberación, el jurado emitió un veredicto de no culpabilidad argumentando que existían "indicios pero no pruebas suficientes" para hablar de culpabilidad.

Un jurado popular declaró no culpables a los tres acusados en el caso Karting
Un jurado popular declaró no culpables a los tres acusados en el caso Karting

"Los peritos se centraron un montón en la cuantía del dinero supuestamente defraudado a Plaza, pero no se ocuparon en demostrar que Ricardo García Becerril se había llevado esa comisión" de la que hablaba el vendedor del kartódromo, explica Marta.

Tras vivir esta experiencia, ella considera que este tipo de asuntos no deberían dejarse en manos de un jurado popular. Sí valora la función de esta figura en otros casos como asesinatos u otros de índole social. 

En la reciente historia judicial de Aragón, la figura del tribunal popular también ha juzgado casos como el homicidio de Pilar Cebrián a manos de su marido Antonio Losilla en Ricla, en 2012.