Zaragoza.- La temporada que está cuajando el Club Deportivo Ebro va camino de ser definida como excepcional. Al menos hasta el momento así está siendo, con un equipo dirigido por Emilio Larraz que comenzaba con una dinámica triunfal que le aupó al liderato durante varias semanas y que, una vez llegada cierta crisis deportiva, ha sabido superarla y volver a una zona que genera ilusión y optimismo a partes iguales.
El punto culmen de la temporada, al menos hasta el momento, llegaba este pasado domingo en las instalaciones de La Almozara. Allí, el cuadro arlequinado se medía nada más y nada menos que al Hércules, conjunto habitual de Segunda División y que incluso ha llegado a militar varios años en la máxima categoría del fútbol español. Pero no iban a poder con un Ebro que, gracias a un tanto de cabeza de Javier Paredes, se imponía por la mínima.
Siete puntos de nueve, seis encuentros consecutivos sin perder y diez ya sin encajar gol jugando como locales. Son los números de tremendo mérito que está acumulando el Club Deportivo Ebro y que le han servido para sacarse la licencia para soñar. Soñar con poder disputar la Copa del Rey, teniendo en cuenta que está situado en la novena posición y que sólo una le separa de acceder a esa privilegiada lucha.
En concreto, los de Larraz suman 45 puntos con siete jornadas todavía por disputarse, dos menos que el terceto formado por Lleida, Hércules y Atlético Baleares. Aunque los playoffs de ascenso queden lejos, 53 puntos acumula el Badalona, lo cierto es que el Ebro no puede tener objetivo más bonito, ilusionante y al alcance de la mano que disputar el torneo copero.
Este próximo fin de semana visitan al filial del Villarreal, equipo que es cuarto con 48 puntos. Lo que supondría que, en caso de victoria zaragozana, le alcanzaría en la tabla clasificatoria y mantendría vivo un sueño del que el Ebro no quiere despertar.
