Del ascenso a la permanencia

El Real Zaragoza está obligado a cambiar de mentalidad en pleno rumbo de la temporada. El conjunto aragonés arrancaba la campaña con el ascenso directo en el punto de mira, pero superado con creces el ecuador de la Liga está más cerca de la zona de descenso. El club ha cambiado de entrenador y director deportivo sin encontrar la fórmula.

Zaragoza.- El Real Zaragoza va camino de tirar su cuarta temporada consecutiva al cubo de la basura. Más concretamente a un pozo en el que los deseos se ahogan en las lodosas aguas que reflejan la oscuridad del presente y futuro de un club que no anda ni cerca de encontrar la fórmula que le acerque al éxito. De hecho, cada campaña descarta antes el objetivo prioritario: la supervivencia en forma de ascenso.

Como cada año, en la entidad se ha vendido desde el verano la necesidad de abandonar la categoría de plata del fútbol español y volver a hacerse un hueco entre los mejores. Bien sea a través del ascenso directo o recurriendo a la siempre peligrosa lotería de los playoffs, que ya en su día dio al traste con la ilusión de regresar a Primera, en una calurosa y triste tarde en Gran Canaria.

Para ello, Narciso Juliá comandaba el enésimo intento de proyecto desde la dirección deportiva, junto a su adjunto Albert Valentín, protagonizando una nueva revolución en la plantilla con dos nombres propios por encima del resto: Alberto Zapater y Rubén Gracia Cani. Eso sí, tanto ellos como los responsables deportivos del club ya advertían de que eran todos los que tenían que sostener la bandera de la plantilla o solos no podrían con semejante reto.

 
Milla fue destituido tras empatar en Valladolid
Milla fue destituido tras empatar en Valladolid

A los mandos del banquillo emergía la figura de Luis Milla, después de su experiencia tanto en la selección española sub-21 como posteriormente en el Lugo. Se buscaba un equipo que jugara bien y bonito al fútbol, que ofreciera a La Romareda un juego vistoso con el que la afición pudiera identificarse. Idea, filosofía, que duró más bien poco hasta que el turolense fue despedido tras empatar a cero en Valladolid y comenzar a atisbarse los primeros indicios de un año difícil.

Llegada de Agné

Prácticamente por sorpresa

De hecho, el Real Zaragoza se encuentra a día de hoy en una posición que prácticamente nadie podía esperar a principio de temporada: más cerca del descenso que de luchar por el ascenso a Primera. Con la derrota en Córdoba, el equipo suma unos paupérrimos 35 puntos. Por compararlo con clubes que podrían ser previsiblemente directos, los maños suman 30 menos que el líder, el Levante, y 23 menos que el Girona que marca la zona de ascenso directo.

Comparado con los que ocupan playoffs, el Cádiz acumula doce más; Tenerife y Oviedo once; y el Getafe, que cierra la frontera de la ilusión, nueve más. Cifras que distan, y mucho, de lo que en principio se estipuló desde el club como el objetivo para esta temporada.

Incluso el propio Raúl Agné llegó a reconocer que era hora de pensar "en otros objetivos" más realistas, palabras secundadas semanas después por José Enrique, refiriéndose claramente a alcanzar cuanto antes los 50 puntos que suelen dar presuntamente la permanencia. Y, a partir de ahí, si quedaba tiempo, poder ascender el mayor número de posiciones posibles.

Lalo sustituye a Juliá

Si la llegada de la nueva directiva ha contribuido a estabilizar la situación económica del Real Zaragoza, en lo deportivo no ha cambiado ni lo más mínimo. Ni el consejero encargado de esta parcela, Carlos Iribarren, ni el director general, Luis Carlos Cuartero, han parecido encontrar en ningún momento a quien lleve los mandos de una plantilla que, metamorfosis tras metamorfosis, no parece dar las suficientes señales de vida como para competir con los mejores.

Lalo Arantegui sustituía a Juliá al frente de la dirección deportiva
Lalo Arantegui sustituía a Juliá al frente de la dirección deportiva

La crisis se llevó por delante también a Narciso Juliá, quien pidió su salida aunque prácticamente nadie en la directiva confiaba ya en su trabajo, y trajo consigo la llegada del tercer director deportivo en otras tantas temporadas. Lalo Arantegui, procedente de la Sociedad Deportiva Huesca, era nombrado hace unas semanas en su nuevo cargo con la obligación de comenzar a confeccionar el plantel para la próxima campaña.

¿En Primera o en Segunda División? El zaragozano ya era claro en su presentación, definiendo como "una utopía" pensar en ascender a la máxima categoría esta temporada, teniendo en cuenta que hay "muchos equipos por delante y mucha distancia", por lo que "mirar más allá no va a compensar para nada". Apenas han cambiado las cosas desde entonces y la realidad es igual de negra que entonces.

Además, el director deportivo reconocía que ya van "tarde" en el trabajo de preparar la próxima plantilla porque otros clubes comienzan a realizar esa labor dos meses antes de lo que él lo ha podido empezar a hacer en el Real Zaragoza. Ardua labor la que tiene por delante Lalo, teniendo en cuenta que hombres tan importantes como Marcelo Silva, Ángel Rodríguez y Leandro Cabrera terminan contrato el próximo 30 de junio.

Dura recta final de temporada

Son trece jornadas las que restan para que concluya la temporada en Segunda División y el Real Zaragoza tiene por delante un difícil reto: convivir en una zona en la que no estaba llamado a estar. Incluso protagonistas indiscutibles de la plantilla como Ángel Rodríguez o José Enrique han reconocido que hay equipo para mucho más, pero no es algo que se esté traduciendo en resultados sobre el verde.

Samaras apenas ha tenido participación desde su llegada
Samaras apenas ha tenido participación desde su llegada

La decimocuarta plaza, sólo dos victorias fuera de casa en toda la temporada, o ser el segundo equipo más goleado de la categoría son estadísticas tan frías como preocupantes y que, a estas alturas de campaña, son fruto de la causalidad y no precisamente de la casualidad.

La espada de Damocles se cierne de nuevo sobre la figura de los responsables deportivos del club, aunque en esta ocasión la figura del director deportivo se salve, al menos de momento, por el escaso tiempo que acumula en su cargo. De momento, el propio Arantegui se encargó de confirmar en su cargo a Raúl Agné, lo mismo que el presidente, Christian Lapetra. Pero la paciencia no es una cualidad que caracterice precisamente al Real Zaragoza en los últimos años. Y menos después de cuatro embargado en la mediocridad más absoluta.