Zaragoza.- A su llegada al Real Zaragoza el pasado invierno, el director deportivo de la entidad, Narciso Juliá, ya advertía de que la reestructuración iba a ser profunda en el club. No sólo en lo que respecta al primer equipo, donde se produjo una marcada revolución con la llegada de seis fichajes y salidas como la de Aria, Jorge Díaz y Alfredo Ortuño. Sino también en la Ciudad Deportiva.
En el nuevo Real Zaragoza, la cantera va a adquirir una dimensión mucho mayor de la que hasta ahora había alcanzado. La intención es que los Rico, Vallejo, Tarsi o Sergio Gil proliferen con mucha mayor asiduidad y que las instalaciones de la carretera de Valencia no sean un simple recreo, sino una fábrica de futbolistas útiles para la primera plantilla zaragocista.
Las primeras medidas han llegado con un mes y medio de antelación respecto al final del campeonato liguero en Segunda División. El club ha anunciado la destitución de José Ignacio Soler como director de la cantera. Dos etapas muy próximas en el tiempo ha estado en el cargo, una de ellas en la 2013-2014 y la otra, arrancando meses después de su salida hasta el día de hoy.
Su puesto lo ocupará un hombre que lleva toda la vida relacionado al fútbol base aragonés. Es Ramón Lozano el elegido, el nuevo director de cantera y máxima cabeza visible de la Ciudad Deportiva blanquilla. Es perfecto conocedor de la filosofía zaragocista, habiendo pertenecido ya al club, y habiendo sumado después experiencias internacionales en Ghana o Kuwait.
Pero no es el único que accede al organigrama. Ángel Espinosa deja su cargo como observador del F.C. Barcelona en tierras aragonesas y se enrola en el ilusionante proyecto de los futuros valores zaragocistas. Once años después vuelve al Real Zaragoza, lugar en el que como entrenador del cadete consiguió el campeonato de España.
