Zaragoza.- En Aragón se registran ocho casos de ictus al día, lo que supone unos 3.000 al año. Se trata de una enfermedad “muy frecuente”, tal y como ha informado el consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sebastián Celaya, pero cuya incidencia se está reduciendo progresivamente.
Un ictus se produce cuando una arteria que se dirige al cerebro o que pertenece al mismo se rompe o se obstruye, con lo que la sangre y el oxígeno que ésta transportaba no llega a las células cerebrales y por tanto el tejido afectado muere. Se trata de un proceso que puede causar la muerte o dejar graves secuelas irreversibles a quien lo padece. La prevención es fundamental para la disminución de casos. Entre los factores de riesgo figuran los conocidos como modificables, como la hipertensión, la diabetes, el aumento del coleterol, la obesidad y el abuso del alcohol y el tabaco.
Seguir los tratamientos y controles prescritos desde Atención Primaria es clave para realizar de forma adecuada esta prevención. Por esto, y con motivo del Día Internacional del Ictus que se celebra este jueves, el Centro de salud Fernando el Católico junto a la Asociación Ictus de Aragón (AIDA) ha habilitado una carpa en la plaza San Francisco de Zaragoza para concienciar a la población sobre esta enfermedad y sus riesgos.
De 10.00 a 17.00 horas, médicos, enfermeras y la trabajadora social del centro controlan los factores de riesgo de los ciudadanos que quieran conocer su estado de salud. Además, han ofrecido recomendaciones individualizadas para ayudar a perder peso, tomas de tensión y cooximetrías, entre otras pruebas. Los sanitarios insisten a la población en la importancia del ejercicio saludable y de los controles analíticos para mantener dentro de los umbrales adecuados los parámetros de azúcar o grasas. La Atención Primera tiene que “jugar un papel de primer orden para que los ciudadanos sepan autocuidarse y se responsabilicen de su salud”, ha declarado Celaya.
El objetivo de la jornada, según ha explicado el secretario de la Asociación de Ictus de Aragón, Miguel Lierta, es “que la gente conozca los factores que pueden producir el ictus”. Lierta ha destacado la importancia de la rehabilitación en estos casos, ya que un paciente que ha sobrevivido a un ictus tiene un elevado riesgo de sufrir otro pero el buen control de esos factores permite disminuir el riesgo de repetición en más de un 80%.
Según el secretario de AIDA, en Aragón fallece el 30% de las personas que sufren un ictus. Pese a ello, su número ha disminuido de un 18% en 2010 a un 10% en la actualidad, ha apuntado el consejero de Sanidad. Del resto de casos registrados, el 30% tiene unas secuelas que no se perciben y el mismo porcentaje sufre secuelas más graves.
Celaya ha resaltado la efectividad de los programas de Teleasistencia y del Código Ictus, puestos en marcha por la Conserjería que encabeza en 2009, para la “disminución de casos mortales”. El servicio de teleasistencia “ha venido a paliar que los centros más periféricos de la comunidad tengan también acceso a los profesionales de los hospitales y que les puedan atender por videoconferencia para aplicar los tratamientos”, ha matizado el consejero. Esto ha hecho posible la aplicación de la fibrinólisis, un tratamiento que se debe aplicar en las siguientes cuatros horas y media (como máximo) a haberse iniciado los síntomas del ictus. El teleictus ha permitido que el acceso real al tratamiento pase del 55% en 2008 al 100% en 2014.
Servicio de urgencias de ginecología en Jaca
Durante su visita a la carpa, Celaya también se ha pronunciado respecto a la situación que atraviesa el servicio de ginecología del Hospital de Jaca. Ha declarado que el gerente del sector “ya ha conseguido llegar a un acuerdo tras la integración en el Salud”. Esto permitirá que la próxima semana el centro sanitario de Jaca vuelva a tener el servicio de urgencias de ginecología.
En relación a esto, ha recordado que en el Consejo de Salud de Aragón propuso la puesta en marcha de un grupo de trabajo integrado por los colegios de médicos, matronas y ginecología y por los representantes de los ciudadanos. El objetivo es el estudio en profundidad de los problemas denunciados por los profesionales sobre “la conveniencia o no de que en la cartera de servicios de ese hospital se atiendan los partos”. Es un tema que se ha venido “repitiendo periódicamente” y, según ha argumentado, “cuando los profesionales ponen en duda ciertas cosas hay que atenderlo”.
