Zaragoza.- Ropa, complementos, libros, juguetes, flores... Todo tiene cabida cuando se habla de solidaridad, y todo eso se podrá encontrar en el Rastrillo 2011 del Colegio Teresiano del Pilar. El objetivo es recaudar fondos para equipar una escuela que se acaba de construir en la localidad de Kahankra, en Costa de Marfil, en una zona especialmente afectada por la cruenta guerra que ha asolado el país y en el que miles de niños están sin escolarizar.
El rastrillo tendrá lugar el próximo domingo, 20 de febrero, en horario de 10.00 a 18.00 horas en el propio colegio, en el camino de Pinseque S/N (frente a la rotonda de Pikolin, junto a la urbanización) y ofrecerá, además de un amplio abanico de productos, los servicios de cafetería, restaurante y un parque infantil para que los más pequeños puedan jugar.
Manos Unidas ha adjudicado este proyecto al Colegio Teresiano del Pilar para el que será necesario recaudar más de 22.000 euros. La congregación de las Hermanitas de la Anunciación, que lleva muchos años trabajando en el país africano, decidió elaborar el proyecto de construcción de una escuela de primaria que contará con una cantina para dar comida y merienda a todos aquellos niños que viven lejos y deben caminar grandes distancias diariamente.
El jefe y la Mutual para el desarrollo del pueblo donaron el terreno para la escuela y un organismo español ya se encargó de la construcción de la misma. Ahora, el Colegio Teresiano del Pilar colaborará para financiar su equipamiento y el de la cantina, así como para realizar una perforación para instalar una bomba manual pues carecen de agua potable.
Este proyecto servirá para acoger en este primer año a unos 80 niños, aunque indirectamente se beneficiará a toda la población ya que está previsto que las instalaciones se utilicen para realizar sesiones de formación de adultos, no sólo en alfabetización, sino también en prácticas de higiene y prevención de enfermedades, convivencia y tolerancia.
Kahankra
Kahankra es una localidad situada en la región de Los Lagos, en la parte más meridional de Costa de Marfil. Es una región de sabana montañosa y húmeda, en la que su población vive de la agricultura porque son unas tierras fértiles. Cada pueblo está gobernado por un jefe y sus consejeros, que son quienes administran justicia, median en conflictos y deciden la marcha general del pueblo.
El país ha sido muy sacudido por la guerra, pero ahora que ésta termina, se muestran con dureza las secuelas como son la pobreza y la desescolarización de los niños. Algunos se han quedado huérfanos y otros muchos, después de haber sido desplazados con sus familias, regresan a sus casas con desconfianza, tras unos cuantos años de aprendizaje perdidos en el camino.
