Una exposición recorre la vida y obra del artista zaragozano Ángel Maturén

La obra del polifacético artista aragonés Ángel Maturén, fallecido en 2005, será expuesta, del 23 de diciembre al 13 de febrero, en el Palacio de Sástago de Zaragoza. Se trata de una exposición concebida como un viaje biográfico por la vida del autor con la que se pretende dignificar y dar a conocer sus creaciones.

Zaragoza.- El Palacio de Sástago acogerá, desde mañana y hasta el próximo 13 de febrero, una exposición con las principales obras del polifacético Ángel Maturén, un artista que, por voluntad propia, decidió alejarse de los circuitos artísticos convencionales, razón por la que sus creaciones no son conocidas en demasía.

No en vano, el director de la Fundación Maturén, Víctor Esteban, define de este modo al artista: “Fue una persona que estuvo voluntariamente alejada de los circuitos artísticos y comerciales por una serie de circunstancias personales e ideológicas y que sólo se dedicó, a lo largo de su vida, a pintar”.

La exposición parte de una sala central con obras contundentes, fabricadas sobre grandes bastidores de madera, cubiertos de virutas de plomo. A continuación, en las salas sucesivas, se ha procurado “hacer una aproximación biográfica, penetrando en el extraño mundo de Ángel Maturén”, tal y como ha explicado el comisario de la exposición, Pedro Pablo.

“Después de la visita a la exposición de Ángel Maturén, nuestro criterio estético se verá incrementado, porque si algo tiene su obra es que nos ayuda a explorar el mundo”, ha añadido el comisario artístico.

El pintor y escultor zaragozano Ángel Maturén falleció en 2005, en la localidad de Tarazona a la edad de 56 años, dejando tras de sí un amplio legado artístico. En el año 1991, fue el promotor de una fundación artística en la Iglesia de San Atilano del municipio turiasonense. A día de hoy, esta fundación mantiene viva su obra y da cabida a la de otros artistas.

El artista vivió, a lo largo de su vida, en diferentes ciudades y pueblos, como Zaragoza, París, Sierra de Luna, Lanzarote, Logroño o Tudela. Su ligazón con esta última se explica con diversas etapas de su infancia, en las que la visitaba junto a su padre por motivos de trabajo. En ella vivió y desarrolló su obra durante un buen puñado de años.