Zaragoza.- El CAI Balonmano Aragón recibía en el pabellón Príncipe Felipe a uno de los mejores equipos de la Asobal. El FC Barcelona llegaba a Zaragoza en la jornada número cuatro como prueba de fuego para certificar el arranque de los de Ortega, que con dos empates y una victoria todavía no conocían la derrota.
Con un Demetrio Lozano, crecido ante varios conocidos, el CAI empezaba con dos tantos a favor que enseguida remontaba el Barcelona gracias a su capitán Nagy. Con las dos tribunas principales llenas, la cancha cantaba cada gol como si faltasen dos minutos mientras la igualdad se mantenía en el marcador pese a la actuación de Malumbres en la portería.
Las decisiones arbitrales empezaban a calentar a la grada, que veía cómo su equipo jugaba dos minutos con uno más por la exclusión de Nagy. Después de varios minutos con uno por debajo en el luminoso, Lozano se echaba el equipo a las espaldas y ponía al CAI por delante, 9-8.
En el minuto 21, una pájara momentánea del CAI llevaba a los barcelonistas tres puntos arriba. La falta de ideas arriba se pagaba ante un equipo de la calidad de los azulgrana. El 13-14 llegaba al marcador con un árbitro protagonista y una afición encendida al final del primer tiempo.
Segunda mitad
El ritmo de los catalanes era seguido por un CAI que se mostraba fuerte en defensa, ahora con Pablo. Con uno menos por la exclusión de Lozano, en el minuto 6 los naranjas se apoyaban en el pundonor de Sorli para aguantar el resultado e incluso ponerse por delante, 17-16.
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El CAI no ha notado la baja del serbio |
El pabellón se venía abajo y la gente se levantaba para animar al equipo que estaba venciendo al Barcelona por dos tantos, 19-17. Juanín y Entrerríos mantenían a los de fuera con vida y la lucha de Nagy evitaba la descomposición de un conjunto que se veía superado.
Pero llegaba la reacción azulgrana, que remontaba hasta el 19-20. Pero el CAI no bajaba el ritmo. Daba la vuelta al marcador y con 22-21 se quedaba con uno más, algo que los catalanes no acusaban por la presencia de su capitán, que por momentos parecía valer por dos.
A cuatro minutos para el final el partido pareció terminar. El grito de rabia de Lozano era perfectamente descriptivo cuando en el minuto 26 y 46 segundos el Barcelona hacía el 27-30 después de disfrutar los maños de una superioridad en la que no marcaron.
En el último minuto, y con Pablo al ataque, el CAI se asomaba a la victoria con 5 segundos por delante y uno abajo. Pero el oficio de los catalanes pudo con el corazón de los aragoneses y el resultado final quedaba en 30-32 y en enfado de un público ejemplar.
