"Al consumidor hay que darle alternativas y plazos"

Alfonso Biel es el director general de Sphere España, una empresa ubicada en Utebo (Zaragoza) que se dedica a la fabricación de bolsas de plástico biodegradables. Anteriormente Manufacturas Biel, esta empresa familiar pasó, hace diez años, a pertenecer al grupo Sphere, de capital francés.

Zaragoza.- La conciencia ecológica va calando poco a poco en la sociedad. Separamos los residuos, reciclamos más, ahorramos más agua… pero no sólo entre los usuarios. También las empresas se apuntan a esta nueva conciencia ecológica. Un buen ejemplo de ello es Sphere España, una factoría ubicada en Utebo y que se dedica a la producción de bolsas de plástico elaboradas a partir de fécula de patata, lo que las hace compostables y biodegradables hasta el punto de que desaparecen en 180 días.

Hasta su integración en el grupo multinacional francés, Sphere era una empresa familiar llamada Manufacturas Biel. El actual director general de Sphere España, Alfonso Biel, hace balance de estos 10 años y analiza tanto lo que ha supuesto el pasar de ser una empresa familiar a integrarse en un grupo empresarial, como las posibilidades del producto ecológico en el mercado.

Pregunta.- ¿Cuál es la principal actividad de Sphere?
Respuesta.- Tenemos una gran variedad de producción de bolsas de plástico destinadas al comercio. En la fábrica hay tres líneas de producción: una línea de producción está dedicada a las bolsas de camiseta y las bolsas de troquel. Otra línea de producción son las bolsas para productos frescos y la tercera línea productiva está dedicada a bolsas de basura.

P.- ¿Fabrican otros productos?
R.- No. Nosotros sólo fabricamos bolsas, pero como pertenecemos a un grupo internacional con una amplia gama de productos, también comercializamos otros productos fabricados en otras plantas del grupo.

P.- Habla de grupo, ¿cómo se configura el grupo Sphere?
R.- Es un grupo de capital francés con sede en París. En Francia hay cinco plantas de producción de bolsas y una planta de producción de aluminio. En Holanda hay otra planta; en Italia hay otra planta de aluminio y en Inglaterra hay dos plantas más. En España, el grupo tiene la planta ubicada en Utebo (Zaragoza).

En cuanto a exportación y movimiento de mercancías, van en función de las necesidades de cada país. En principio se distribuyen desde las plantas ubicadas en cada país, pero si se demanda un producto que se fabrica en una factoría de otro país, se envía desde el país en que se produce. En los países en los que no hay fábricas hay oficinas comerciales

P.- Anteriormente eran Manufacturas Biel. ¿Cómo se ha realizado esa transición de ser empresa familiar a pertenecer a una multinacional? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes?
R.- Todo son ventajas. La más destacada es la amplitud de conocimiento de la empresa por parte de clientes y proveedores. La pertenencia a un grupo también facilita la consolidación a nivel financiero e incrementa el volumen de producto que mueves. Para mí ha sido una experiencia positiva porque una empresa familiar tiene un camino largo, pero muy complejo. Cuando estás integrado en un grupo es mucho más fácil poder desarrollar tu labor y la imagen adquiere mayor relevancia.

Sphere España cumple diez años

P.- ¿Qué volumen de facturación tiene el grupo y su planta?
R.- El grupo factura alrededor de 350 millones de euros de facturación. Nuestra planta tiene una previsión para este año de 40 millones. Transformamos 23.000 toneladas de materia prima.

P.- ¿Cuáles son los retos de futuro?
R.- Esperamos llevar a cabo un nuevo proyecto de transformación de materias primas procedentes de energías renovables. No se trata de productos compostable, pero proceden de la caña de azúcar en lugar de proceder del petróleo. Ésta es la línea de desarrollo del producto medioambientalmente más positivo y desde 2011 haremos bolsas fabricadas con polietilenos procedentes de la caña de azúcar, que no emiten CO2. Este proyecto además no requiere inversiones en la empresa ya que contamos con tecnología punta que continuaremos mejorando aunque las condiciones de espacio estén limitadas.

P.- ¿Por qué se decantaron por las bolsas biodegradables?
R.- Desde 2005 nuestro grupo comenzó a desarrollar las posibilidades de productos bioplásticos y vimos en qué vías podíamos lanzarnos. Tras realizar varios estudios, llegamos a la conclusión de que los productos biodegradables compostables eran los más adecuados. Es ecológico y cumple normativas europeas. Entonces vimos cómo podíamos empezar a elaborar estos productos. Así que el grupo adquirió el 50% de la planta de Biotech en Alemania.

A partir de esa compra se empezaron a desarrollar los plásticos a partir de la fécula de patata y empezamos a desarrollar esta materia prima y a abrir mercado en 2007. En este momento, nuestro producto, que cumple la norma EN 13432 que es la que rige el mercado europeo, va en la línea de lo que se está desarrollando en Europa y en España con el Plan de Residuos que aprobó el Gobierno hace unos meses. Este plan incorpora la recogida selectiva de la parte orgánica de los residuos que hasta ahora no se hacía y la parte de bajar el consumo de las bolsas tradicionales y la incorporación de las bolsas biodegradables.

P.- ¿Por qué fécula de patata? ¿Hay alguna variedad de patata más adecuada?
R.- Dentro de los estudios que se realizaron, se verificó que la patata era el vegetal que menor consumo de agua y mayor producción de fécula tiene por hectárea. Estudiamos otros productos como el maíz u otros cereales, pero nos decidimos por la patata. Son patatas industriales, con un alto consumo de fécula por lo que no son adecuadas para el consumo humano. Hemos abierto una planta de producción de fécula en Francia y creamos una asociación con unos agricultores. La fécula se produce en Francia, se procesa en Alemania y se distribuyen. Este mix entre agricultura e industria está, además, muy bien considerado por los agricultores.

Sphere fabrica bolsas de plástico biodegradables

P.- ¿Cómo se transforma la fécula en una bolsa?
R.- Lo que se hace en Alemania es la extracción de fécula que es un polvo blanco. Posteriormente se mezcla con unos componentes químicos también biodegradables y compostables ya que el plástico no surge sólo de lo vegetal. Actualmente la proporción es del 50% de componente vegetal y 50% de componente químico, pero el objetivo es que la parte vegetal alcance el 70 o el 80%. Esta materia prima se distribuye, en forma de pequeños granos y se distribuye al resto de plantas.

Una vez en cada planta, por ejemplo en nuestro caso, por medio de unas máquinas de extrusión y un sistema de calor, el plástico se funde y se deja como una pasta. Pasa por unos husillos donde se va homogeneizando y posteriormente se guarda en bobinas. Después el plástico se deriva a una máquina de confección en función del producto.

Posteriormente, las bolsas se moldean y se imprimen. Para ello, independientemente de que la bolsa sea biodegradable o no, se emplean tintas al agua, sin disolventes y sin producción de CO2.

P.- ¿Cuánto tardan en desaparecer las bolsas?
R.- Esas bolsas en situación de compost (que quiere decir que esté en un sitio en que los microorganismos la puedan devorar) tarda seis meses en desaparecer.

P.- ¿Se percibe en el público un cambio de hábito con respecto al uso de las bolsas de plástico de este tipo?
R.- El problema es que ha habido muchos cambios en poco tiempo. Al público no se le puede mentalizar de una forma drástica en un plazo tan corto. Hablamos de incorporación de nuevos productos y de reducción de consumo de bolsas. Todo esto en poco tiempo es difícil. Además, me da la sensación de que se han demonizado a las bolsas de plástico. Parece que el principal problema del mundo son las bolsas de plástico cuando hay otros más importantes. Si a los políticos les interesa más entrar en estas divagaciones que en los problemas reales, ellos verán, pero me parece que hay otros problemas más importantes y no se puede presionar a un sector económico de esta manera ya que le hacen un flaco favor.

Las bolsas biodegradables desaparecen en 180 días

Hay que dar alternativas como son las bolsas biodegradables compostables, pero hay que dar plazos tanto al consumidor como a los centros comerciales, que son nuestros principales clientes. Si ellos no están completamente mentalizados el proyecto se paraliza. Además, tenemos el condicionante de que en el Plan se establece que hay que recoger los desechos orgánicos, pero no hay plantas para procesar esos desechos orgánicos. Cómo se puede elaborar una ley de obligatorio cumplimiento cuando no hay plantas para recogerlos. Hay que crear la estructura de mejora ambiental, pero no se puede “ir dando mazazos” a derecha izquierda. Parece que el tema medioambiental es prioritario, cuando hay otras prioridades como el mantenimiento de los puestos de trabajo.

P.- ¿Es conciliable la rentabilidad empresarial con la elaboración de productos biodegradables, que conllevan un mayor coste?
R.- Sí que lo es, pero hay que dar tiempo a las empresas para se mentalicen de que tienen que invertir en desarrollos novedosos. El problema es que son mercados complejos y los consumos se reducen, pero hay oportunidades de desarrollo de nuevos productos que coloquen a las industrias en una situación de viabilidad. Sabemos que se van a quedar muchas empresas en el camino, pero nosotros tenemos la suerte de estar en un sector, el de la alimentación, que es básico y se mantiene, pero no todo el mundo está en esos sectores.

P.- La conciencia ecológica, mayor que antes, ¿se plasma en términos de rentabilidad de la empresa o todavía al ser un producto más caro hay reticencias?
R.- El mayor precio lo dificulta todo. Si pudiera vender mi producto ecológico al precio del normal, toda mi producción sería de producto ecológico. Las empresas más sensibilizadas o que tienen capacidad para incorporarse a este tipo de proyectos tienen en Sphere un ‘partner’ que es líder del mercado nacional y europeo. Pero hoy por hoy no todo el mundo puede asumir estos productos y no tenemos ningún apoyo institucional.

P.- ¿Qué balance hace de los 10 años?
R.- Es un balance muy positivo con momentos duros, pero SPHERE siempre ha tenido un proyecto continuas inversiones y reinversiones en la empresa por ello estamos donde estamos. Es la misma filosofía que teníamos cuando éramos Manufacturas Biel, aunque a nuestro nivel, esto hacía que fuéramos una empresa saneada con un desarrollo de inversión continua.

P.- ¿Qué supone su incorporación a ADEA?
R.- Teníamos que haberlo hecho mucho antes. No estar entre las industrias más representativas de la Comunidad no era normal. Esto va a ser muy positivo. Vamos a compartir experiencias con industriales de otros sectores con problemáticas comunes y diferentes y nos ayudará a ver la situación real vivida por los empresarios que luchan por sus negocios.