Lourdes Molinero defiende la complementariedad entre hombres y mujeres

La segunda cita del ciclo “Desayunos ADEA”, organizado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón, ha contado con la presencia de la socia fundadora de Ágathos, Lourdes Molinero, que ha reflexionado sobre la situación de las mujeres directivas en el siglo XXI. Molinero ha defendido la complementariedad entre hombres y mujeres y ha destacado que la sociedad se merece estar enriquecida por lo mejor de cada uno.

Zaragoza.- Fue la primera directora de una escuela de negocios en España, ha ocupado puestos de responsabilidad en diversas empresas y forma parte de diferentes Consejos de Administración. Lourdes Molinero es, también, la socia fundadora de la empresa de formación y consultoría Ágathos y formó parte de la Selección Española de Baloncesto, donde aprendió los primeros pasos de la labor de dirección, y donde se dio cuenta de que quería ser directiva. Hoy ha expuesto sus reflexiones en una nueva cita de los “Desayunos ADEA” que organiza la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA). Ahí, y ante un atento auditorio, Molinero ha defendido la complementariedad entre hombres y mujeres. “El mundo es mixto y la sociedad se merece estar enriquecida por lo mejor de cada uno, y también la dirección de las empresas. Se debe elegir al mejor para unas funciones, independientemente del sexo”, ha indicado.

Por ello, Molinero ha subrayado que es necesario entender los compromisos de hombres y mujeres desde otra perspectiva. “Si no nos ponen palos en la rueda ya iremos avanzando con la tenacidad que nos caracteriza. Podremos poner en práctica características propias de las mujeres que, por ser complementarias con las de los hombres, mejorarán a la empresa y la sociedad. Esto es una carrera de fondo”, ha destacado. “Entre ambos no hay mucha diferencia en la mayor o menor eficacia como directivos ni en el grado de compromiso que cada uno tiene con su empresa”. 

Molinero no ha querido realizar tesis feministas ni reivindicativas. “No creo en la discriminación positiva ni en las cuotas si no tienen fecha de caducidad”, ha añadido. “Creo en la persona en igualdad de condiciones, sea hombre o mujer, y se debe trabajar para que esa igualdad sea posible”.

Molinero ha defendido que los hombres y las mujeres son complementarios

“La mujer es más fuerte en el liderazgo interpersonal, tiene más capacidad de empatía, de intuición, de darse cuenta en qué circunstancia está la otra persona, le gusta crear equipos que trabajen bien, y lucha por crear un ambiente grato en el trabajo”, ha manifestado. “No nos gusta el conflicto, tendemos a la pacificación y somos más resistentes al estrés continuado”, ha resaltado la ponente como puntos fuertes de la mujer. “Somos más democráticas a la hora de dirigir, aunque todos estos estereotipos se diluyen cuando se habla de personas concretas”, ha señalado. 

Según Molinero, las mujeres ocupan el 23% de los puestos directivos en España. “Ha sido un cambio rápido y profundo que no tiene marcha atrás”, ha afirmado. Esta profesional ha abordado las diferencias retributivas entre hombres y mujeres, de hasta un 18% entre directivos y directivas, aunque ha asegurado que esta brecha “irá disminuyendo”.

“Pero también hay muchas mujeres que no creemos en que haya que luchar contra los hombres para conseguir una presencia en la empresa, sino que pretendemos trabajar conjuntamente. Además, no pensamos que el fin último de una mujer sea conseguir un puesto directivo, porque tampoco todos los hombres lo alcanzan. La presión obliga a que las mujeres tengan que escalar posiciones, cuando es lícito que una mujer quiera renunciar a su carrera para ocuparse de su familia”, ha expresado Molinero. “Ser directivo es una opción, hay que querer serlo, valer para ello y tener oportunidad”, ha concluido Molinero, que ha lanzado un mensaje positivo, optimista y realista. “Tenemos cosas buenas y cosas que mejorar, ocupar nuestro lugar es sólo cuestión de tiempo y de esfuerzo, y tal y como están las cosas ninguna sociedad puede permitirse el lujo de no utilizar el 50% del talento, que está en manos de las mujeres”.