Zaragoza.- Lleva 20 años en Aragón y su primer trabajo en la Comunidad fue en el Hotel-Casino Montes Blancos de Zaragoza como maître. Desde entonces, el presidente de la Asociación de Maîtres y Profesionales de Sala de Aragón y también presidente de la Asociación Nacional de Maîtres y Camareros, Carlos Orgaz, ha ido compaginando su labor profesional junto con la docencia; es funcionario del Departamento de Educación de la DGA e imparte clases en una Escuela de Hostelería.
Orgaz es socio fundador de la Asociación Aragonesa y siempre ha luchado por dar a conocer su profesión. Gracias a él, la entidad de la Comunidad Autónoma ha sido pionera en este campo y es una de las que tiene una base más sólida, además de ser una de las más apoyadas. “Hace 10 años un grupo de compañeros de profesión decidimos juntarnos. De esta manera, formamos la Asociación de Aragón. Todos estos años han sido siempre para el bien de ésta. Hemos cosechado muchos éxitos y logrado un reconocimiento social dignificando la profesión del camarero y del profesional de sala”, indica Carlos Orgaz.
La Asociación tiene sedes por toda España: Canarias, Segovia, Madrid, Galicia, Toledo, Cádiz, Valladolid, Toledo o Palma de Mallorca. Según el presidente, “una de nuestras asignaturas pendientes es conseguir llegar a Cataluña y al País Vasco. Sin duda, Aragón es la que mejor funciona, tiene una trayectoria fantástica. Si somos capaces de hacer en la nacional un 25% de lo que hemos hecho en Aragón en estos ocho años, me daría por satisfecho”.
Pregunta.- ¿Cómo se decide una persona a ser
maître?
Respuesta.- Hay dos caminos. Uno son las escuelas de
hostelería y el otro, empezar de camarero, porque no tienes otra forma. Sobre
todo, te tiene que gustar el acto de servir a los demás, pero no de ser servil.
Soy feliz cuando atiendo a un cliente y eso es lo que intento transmitir a mis
alumnos. Somos vendedores de felicidad porque trabajamos cuando los demás se
divierten, tenemos que hacer a la gente feliz. Este concepto es muy complicado,
principalmente, cuando se lo intentas transmitir a la gente joven porque muchos
de ellos no quieren sacrificios de horarios y, en la hostelería, hay que hacer
muchos. Es un puesto de trabajo muy vocacional.
P.- ¿Por qué cree que es tan desconocida su
profesión?
R.- La palabra maître es una palabra francesa que
significa maestro, el que enseña a los demás. Es un oficio que se ha ido
perdiendo con el paso de los años. Últimamente hay tanto boom con la cocina que
la gente piensa que en un restaurante sólo hay cocineros. Puedes ir a un buen
restaurante y si el servicio es malo te vas a ir mal, pero si la cocina es
regular y tienes un servicio correcto te vas a ir hasta contento. Es un 50%
cocina y un 50% sala. El maître es fundamental, es la primera y la última imagen
que se lleva el cliente de la empresa.
P.- ¿Qué labores o actividades desempeña la asociación?
Orgaz siempre ha luchado por dar a conocer su porfesión |
R.- En la de Aragón realizamos muchas actividades: charlas didácticas para los asociados, cursos de cata y cursos de reciclaje y actualización, entre otras cosas. La entrega de los Premios Pajarita son muy importantes para nosotros; si hace 20 años me dicen que va a haber una asociación que va a reconocer mi trabajo como camarero no me lo hubiera creído y, ahora, en Aragón, los socios saben que hay una asociación y que si destacan son susceptibles de ser premiados. En la entidad contamos con un carné de asociado que te da derecho a un pequeño seguro de vida, descuentos en restaurantes, asistencia a todos los actos y visitas que se hacen desde la asociación. Este año, hemos creado una beca a nivel de las escuelas de hostelería para los alumnos más destacados de Grado Superior y Grado Medio. A esos estudiantes, los premiamos con unas prácticas remuneradas en restaurantes en diferentes ciudades españolas. Somos pioneros en todas las actuaciones que hemos hecho aquí, y todo esto hay que trasladarlo a nivel nacional.
P.- ¿Qué características ha de tener un buen
maître?
R.- Un maître, sobre todo, ha de ser una persona a
la que le gusta su profesión. Debe tener una magnífica presencia física, hablar
varios idiomas, debe ser un buen psicólogo para saber cuándo debe retirarse y
tener un timbre de voz muy agradable. Cuando ves a un profesional trabajando lo
reconoces. Es un gran cúmulo de cosas, es una profesión de imagen y de servicio
y no podemos fallar. Todavía falta mucha formación.
P.- ¿Cuál van a ser sus funciones a partir de ahora?,
¿cambian mucho de las realizadas en Aragón durante estos
años?
R.- Por ahora tenemos el apoyo de la Federación
Española de Hostelería y Restauración (FEHR). El presidente de ésta, José María
Rubio, aprecia mucho a Aragón. En FEHR están muy preocupados por la sala porque
realmente todo el mundo habla de la fantástica cocina de Arazak o Adriá, pero
hay que saber que la sala supone ese 50% de atención. Lo primero que queremos
conseguir es un árbol con raíces sólidas, crear una buena superficie entre las
Comunidades donde no están formadas las asociaciones, y, a partir de ahí, ser un
vínculo de unión entre todas y ver qué tipo de cursos y formación nos faltan.
Otra iniciativa que queremos llevar a cabo es organizar un campeonato anual de
sala acompañado de diferentes actividades para reivindicar la figura del
profesional. Necesitamos darnos a conocer y que la opinión pública sepa que los
camareros estamos ahí. En total, hay 1.200.000 profesionales censados y nunca
hemos obtenido un reconocimiento social.
Delegación española de maîtres |
P.- ¿Cuántas escuelas de hostelería tiene la Consejería de
Educación en Aragón?
R.- Hay muchísimas. Las personas que se
quieran formar pueden hacerlo en las escuelas de Zaragoza, Huesca, y Teruel. Y
también hay pequeños módulos formativos en Borja, Caspe, Ateca y en
Valderrobles. Este año se ha notado la crisis y se apunta mucha gente.
P.- Tras haber sido el presidente de la Asociación de
maîtres de Aragón, ¿cómo se sintió al ser nombrado presidente de la Asociación
Española?
R.- Ahora mismo siento una gran responsabilidad ya
que represento a 1.200.000 profesionales. Todavía queda mucho camino por
recorrer, pero soy optimista y espero tener los suficientes apoyos como para
realizar grandes proyectos porque predicar en un desierto es bastante
complicado. Conseguir financiación va a ser uno de los principales retos a los
que me voy a enfrentar.