El Museo Diocesano de Albarracín aplaza su inauguración a finales de año para evitar gastos imprevistos

La Fundación Santa María de Albarracín ha decidido aplazar la reapertura del Museo Diocesano a finales de este año o principios del que viene para evitar gastos imprevistos. El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, ha manifestado que hay que tener en cuenta la crisis y que los detalles queden “perfectos”.

Zaragoza.- La apertura del nuevo Museo Diocesano de Albarracín prevista para el 8 de septiembre, día en el que dicha localidad turolense celebra el día de su patrona, ha quedado pospuesto para finales de este año o principios del próximo.

El gerente de la Fundación Santa María de Albarracín ha manifestado a ARAGÓN PRESS que este retraso se debe a que la fecha de inauguración era una “hipótesis”, pero que “la crisis económica unida a la complejidad de la instalación museística obliga a alargar el proceso en pro de la solvencia económica y de hacer las cosas perfectas”.

Jiménez ha resaltado que “a fin de cuentas la rehabilitación del museo es como si se hiciera uno nuevo”. En estas obras no sólo se ha ampliado el museo y se ha mejorado a nivel arquitectónico, sino que también se ha dotado de seguridad al recinto, sonido e iluminación nueva, calefacción, así como vitrinas y peanas para la exposición del patrimonio de Albarracín. Asimismo, se está mejorando el aspecto turístico del mismo dentro del programa Espacios y Tesoros.

El gerente de la Fundación ha señalado que los trabajos “están tomando una forma impresionante”. En este sentido, Jiménez ha subrayado que “tiene que quedar perfecto porque la historia de Albarracín está resumida en este museo”. En él se podrán ver la colección de tapices flamencos del siglo XVI, el pez de cristal, la colección de cálices y cruces o la cruz de Noguera, entre otros.

En estos momentos, todas estas obras están en una de las salas de la Catedral a la espera de volver al Museo Diocesano de Albarracín. Para ello, la Fundación Santa María de la localidad turolense tuvo que hacer un “riguroso” trabajo de restauración, además de instalar medidas de seguridad para que este patrimonio se conservase.