Huesca.- El Museo de Huesca ha recibido este miércoles la cesión de tres retratos de Valentín Carderera. Los marqueses de Malpica y la familia de Carlos IV se han entregado en depósito indefinido a las instalaciones que ya cuentan con una extensa colección de este oscense tan emblemático. Las obras, de un valor extraordinario, estarán expuestas y serán estudiadas para conocer más detalles de estos lienzos.
Las instalaciones del museo han acogido este lunes la presentación de esta cesión por Juan Antonio Hidalgo, tras dos intensos años de estudio y pruebas químicas para conocer todos los secretos de estos tres retratos pintados al óleo sobre lino. La iniciativa de ceder las obras a la entidad que formó el pintor oscense con el fin de poder mejorar su colección personal, que ya suma más de 72 obras pictóricas que constituyen la base de pinacoteca.
A la presentación ante los medios han acudido representantes del propio museo, además de contar con la presencia del director general de Patrimonio, Jaime Vicente, que ha alabado la calidad de los retratos. También ha dejado patente el interés de crear una exposición adecuada que muestre la implicación de este pintor en la creación de la pinacoteca oscense y las obras que fue atesorando y que se reparten entre diferentes entidades.
Este depósito de carácter indefinido es un compromiso de la entidad para seguir con el estudio de una de las obras con la finalidad establecer la cronología y autoria del retrato de Carlos IV y su familia, que presumiblemente podría atribuirse a Goya. Las tres obras pictóricas descansarán en Huesca tras su traslado desde Madrid ya que estaban depositadas en el Museo de Historia, que actualmente se encuentra en obras.
Valentín Carderera y Solano nació en Huesca en 1796 y desde aquí comenzó a despuntar en una vida intensa y extensa en la que fue reconocido como pintor, académico, bibliófilo, coleccionista, dibujante, historiador de arte, etc. El artista destacó en pintura con un retrato detallista, delimitado y totalmente dibujado con una estética necoclasicista con tintes románticos.
Su historia como fundador de la pinacoteca oscense parte de una idea de crear un lugar que albergara obras de procedencia diversa, y especialmente, la colección pictórica que se había reunido a raíz de la supresión de varios conventos altoaragoneses. En 1873 se produjo el impulso definitivo al proyecto, contribuyendo al enriquecimiento de los fondos con la donación de buena parte de su colección.
