Los investigadores de la UZ consiguen mover con la mente y desde Japón un robot situado en Zaragoza

Los investigadores de la UZ que idearon una tecnología que permite mover objetos con la mente han dado “un salto cualitativo” y han conseguido mover desde Japón un robot ubicado en el Centro Politécnico de Zaragoza. La idea es seguir desarrollando la tecnología para comercializarla como técnica de rehabilitación y teleasistencia.

Zaragoza.- Los investigadores la Universidad de Zaragoza que lograron idear una tecnología que permitía mover objetos con la mente han dado “un salto cualitativo” y han conseguido mover desde Japón un robot situado en el Centro Politécnico Superior de la capital aragonesa. Ésta es la primera vez que prueban la técnica habiendo tanta distancia entre el objeto –en este caso el robot- y el usuario que lo mueve con el pensamiento.

Los miembros del equipo de investigación responsables de este proyecto único en el mundo, capaz de descifrar las señales cerebrales y convertirlas en órdenes para que el objeto se mueva hacia donde piensa el usuario, se han desplazado hasta Osaka, donde han mostrado el invento a la comunidad científica internacional. El proyecto está dirigido por Javier Minguez y corresponde al trabajo de fin de carrera de Iñaki Iturrate y Carlos Escolano.

Desde aquí, Escolano ha vuelto a demostrar que la ciencia ficción existe y ha sido capaz de mover con el pensamiento y en tiempo real un robot que estaba en Zaragoza y que además tiene inteligencia suficiente como para esquivar los obstáculos que se encuentra por el camino. “Nosotros hemos dado un salto cualitativo en la investigación dado que hemos conseguido utilizar la tecnlogía con humanos y con técnicas no invasivas”, ha explicado por teleconferencia desde Japón el director del proyecto, Javier Minguez, al finalizar la demostración.

La base del proyecto es registrar la energía eléctrica que genera una persona cuando piensa e introducirla en forma de orden en el ordenador. La máquina la descifra y a continuación ejecuta lo que la persona estaba pensando. Para ello, sus creadores se han servido de un sistema bastante conocido: el encefalograma. Es decir, se colocan electrodos en el cuero cabelludo del usuario y un monitor –como el de cualquier hospital- registra su actividad cerebral.

Con este sistema, los investigadores crearon dos prototipos: una silla de ruedas y un robot, que ha sido el objeto con el que se ha hecho hoy la demostración. La conexión entre el usuario y el robot se hace por Internet, por lo que la máquina puede estar en cualquier parte del mundo. Hasta ahora, la mayor distancia a la que habían estado la persona y el objeto había sido de 260 kilómetros - el equipo probó este mecanismo mientras el robot estaba en Barcelona -, por lo que ésta es la primera vez que se ejecuta desde tan lejos.

Montano habla por videoconferencia con Escolano antes de iniciar el experimento

Aplicaciones en la discapacidad

La idea de estos inventores es seguir desarrollando la tecnología y poder comercializarla. Sus aplicaciones serían múltiples, aunque la principal sería darle utilidad en el campo de la rehabilitación y la discapacidad.

“Con lo que más se puede relacionar el experimento es con el campo de la discapacidad. Personas que tienen dificultades o imposibilidad de movimientos de las extremidades podrán mover, por ejemplo, una silla de ruedas o una prótesis sin necesidad de dispositivos ni de utilizar las extremidades”, ha subrayado el jefe del grupo de Robótica del Instituto de Investigación e Ingeniería en Aragón, Luis Montano.

De hecho, ya se ha creado una spin off, llamada “Bit brain” (cerebro digital) para sacar al mercado este proyecto cuando “la tecnología esté suficientemente madura como para transferirla a la sociedad”.

No obstante, los científicos dicen que “todavía es pronto” para marcar plazos sobre cuándo se podrá comercializar la técnica y darle utilidad más allá del mundo de la investigación, algo que no ocurrirá posiblemente hasta “dentro de una década fácilmente”. “El tiempo lo dirá”, ha indicado Minguez.