Un nuevo modelo matemático predecirá las crecidas del río Ebro

Las crecidas del Ebro van a poder predecirse gracias a un nuevo modelo matemático a partir del flujo de agua registrado en Castejón. Con una predicción de 20 horas el sistema acierta el 97,5% de los casos. El estudio se publicará en el número de abril de la revista Environmental Modelling & Software.

Zaragoza.- Un equipo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha desarrollado un nuevo modelo matemático que permite predecir de forma sencilla las crecidas del río Ebro en Zaragoza. Esto puede saberse a partir del flujo de agua que se registra en Castejón (Navarra).

En una predicción a 20 horas, el sistema acierta el 97,5% de los casos. “El objetivo de este trabajo es la prevención de riadas en Zaragoza con la antelación suficiente como para minimizar los daños y mejorar la explotación del caudal”, ha explicado Diego J. Pedregal coautor del estudio y profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UCLM.

El estudio, que se publicará en abril en la revista Environmental Modelling & Software, aborda el problema de cómo modelizar y predecir los flujos y niveles del Ebro en la capital aragonesa, a partir del análisis de un tramo de 110 kilómetros que comienza en la localidad navarra de Castejón.

Pedregal recuerda al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) que existen otros modelos predictivos “mucho más complejos, de naturaleza determinista y que incluyen multitud de variables”, pero el que proponen, aunque sea menos formal desde un punto de vista teórico, “es más flexible, y tan sencillo de utilizar que se puede ejecutar en cualquier ordenador de sobremesa”, ha añadido el coautor del estudio.

Los investigadores han desarrollado el sistema predictivo en dos etapas. Primero han utilizado una función matemática denominada “de transferencia” para dimensionar el modelo e identificar de forma aproximada el retardo con el que el flujo del agua en Castejón afecta al nivel de las aguas en Zaragoza. “Pero la dinámica del río no se comporta de forma lineal”, ha apuntado Pedregal.

El profesor ha señalado, por ejemplo, que el agua circula más rápido cuando el caudal es medio o bajo, que las tormentas no afectan por igual a un lecho seco (absorbe más el agua) que a uno húmedo, o que los deshielos rápidos arrastran un aguanieve que se comporta de forma diferente al agua líquida.

Todos estos factores, además de la propia física de los fluidos, hacen que la dinámica de los ríos sea “no lineal”, por lo que los investigadores han aplicado sistemas matemáticos de este tipo y han propuesto un algoritmo específico que recoja la influencia de las variables.

La capacidad predictiva del modelo se ha contrastado con la información de la base de datos histórica de la Confederación Hidrográfica del Ebro, produciendo unos errores medios del 2,5% en un horizonte de predicción de 20 horas.