Aragón necesita construir 2.500 kilómetros más de cortafuegos para prevenir los riesgos de grandes incendios

Compartimentar toda la superficie forestal de Aragón para evitar que el fuego se propague es el objetivo más inminente del departamento de Medio Ambiente en materia de incendios. Para ello, se necesitarían 3.000 kilómetros de cortafuegos y actualmente sólo se dispone de 500. La meta es construir los 2.500 restantes en un plazo de 5 años.

Zaragoza.- La Comunidad de Aragón necesita disponer de 3.000 kilómetros de nuevos cortafuegos para poder reducir “altos” riesgos de que se produzcan grandes incendios. En los últimos tres años, el Gobierno aragonés ha construido 500 kilómetros de nuevas barreras, lo que implica que todavía se deben construir 2.500 kilómetros más para poder prevenir el fuego.

Así lo ha confirmado esta martes el consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, quien ha indicado que el principal reto de su departamento en materia de incendios es lograr construir las barreras artificiales que faltan en el plazo de cinco años. “Al final necesitamos 3.000 kilómetros de áreas de cortafuegos, los 500 que ya tenemos con esta concepción, más 2.500, para poder tener la superficie forestal de Aragón compartimentada en masas forestales que no superen las 2.500 ó 3.500 hectáreas”, ha apuntado Boné. El consejero ha explicado que de los cerca de 2.300 kilómetros de cortafuegos que se han construido desde los años 80, unos 1.800 “son poco eficaces para impedir el avance de un incendio importante”.

El objetivo ahora es construir estos nuevos cortafuegos –lo que se haría en base a la nueva concepción- para compartimentar la superficie forestal de Aragón –que corresponde al 53% del territorio- en parcelas más pequeñas. “Con ello, podremos asumir el riesgo de que se nos va a quemar una de esas pastillas, con una superficie de 2.500 ó 3.000 hectáreas, pero no el riesgo de que se nos pueda quemar un continuo de 15.000, 20.000 ó 30.000 hectáreas como ocurrió en el Maestrazgo a mediados de los 90”, ha explicado el consejero.

El plazo provisional para ejecutar este proyecto es de 5 años. No obstante, Boné ha planteado la posibilidad de que el tiempo sea menor si se consigue incrementar las partidas presupuestarias destinadas a estos trabajos. “Mientras no tengamos la superficie de Aragón suficientemente compartimentada mediante estas barreras artificiales los niveles de riesgos que tenemos, como hemos visto este verano, serán muy altos”, ha advertido el consejero.

Prevención y 700 puestos más de trabajo

Entre las ventajas de construir estas áreas de cortafuegos, además de que se reduce el riesgo de que se propague el fuego y se incrementa la seguridad laboral de los efectivos que trabajan durante los incendios, Boné ha destacado que este programa también tendría “una repercusión importante” en el empleo rural. Según el consejero, la construcción y el mantenimiento de estas zonas crearía en torno a 700 puestos de trabajo.

“No se trata sólo de construir estas áreas de cortafuegos, sino también de mantenerlas. Para ello, además del trabajo de las cuadrillas y los acuerdos con la ganadería extensiva, existe un proyecto ya iniciado que son las cuadrillas de invierno con las Comarcas y con el INAEM”, ha explicado Boné. El año pasado se firmaron casi una veintena y se pretende incrementar su número “de una manera importante”.

Según las previsiones del departamento de Medio Ambiente, la construcción de los 2.500 kilómetros necesarios conllevaría la creación de 500 empleos, y su mantenimiento supondría 200 puestos más. Así, se crearían una media de entre 20 y 25 empleos de “cierta estabilidad” por Comarca que, ha añadido Boné, dispondrían aproximadamente de 100 kilómetros de cortafuegos cada una.