Zaragoza.- Los minoristas reciben entre el 50% y el 60%, en términos generales, del precio que los consumidores pagan en el comercio por los productos frescos, como las hortalizas y verduras o la carne. Así, de los 2,14 euros que cuesta un kilogramo de tomate de ensalada, los pequeños comerciantes se llevan 1,15 euros, mientras que los productores, se quedan con apenas 0,56 euros.
Según el Informe de Coyuntura Agraria del Gobierno de Aragón, de este mes de marzo, en algunos productos, las ganancias son aún mayores en porcentaje, como en zanahorias y cebollas. Los productores reciben 19 céntimos por cada kilogramo de zanahorias, mientras que los grandes comerciantes ganan 55 céntimos, mientras que los distribuidores se quedan 25 céntimos por kilogramo. Mientras, el kilo de cebollas es vendido a 1,20 euros al consumidor, de los que 79 céntimos van para el comerciante y sólo 27 para el productor.
Una de las verduras en las que existe un menor diferencial de precios es en las judías verdes, que parten del productor con un precio de 1,59 euros y son vendidas en destino por 3,75 euros el kilogramo, sólo un 135% más que en origen, frente al 426% de la zanahoria o el 335% de la cebolla.
En cuanto a las carnes, las que más varían de precio entre origen y destino son el cero y la ternera, que incrementan un 330 y un 320%, respectivamente. El pollo, la docena de huevos o el cordero tienen un diferencial bastante menor, entre el 58 y el 95%.