Condesa de Bureta, otra gran heroína del 1808

Doña María Consolación de Azlor Villavicencio es el nombre completo de la condesa de Bureta. El mejor recuerdo que queda de esta mujer es el de ser una de las Heroínas de Los Sitios de Zaragoza, mérito conseguido gracias a su conducta valiente y arrolladora, que quedó demostrada durante el primer sitio francés de 1808.

Zaragoza.- En el bicentenario de Los Sitios todo el mundo recuerda a Agustina de Aragón como gran heroína de esta guerra, pero no fue la única. La condesa de Bureta fue la jefa de “El Cuerpo de las Amazonas”, quienes consideraban su obligación el curar a los heridos y conseguir los víveres y provisiones necesarias para los combatientes. Una mujer de la que cada día se escribe más y mejor.

María de la Consolación nació en Gerona en 1775 y murió en su querida Zaragoza en 1814. Pero lo que mejor describe a su persona es que fue una reconocida Heroína de Los Sitios de Zaragoza.

Su familia, encabezada por su padre don Manuel de Azlor, se encargó de darle una formación muy completa tanto en el ámbito artístico, como en el mundo de los libros. Cuando murió su progenitor, el virrey de Navarra, la familia al completo se trasladó a Zaragoza.

En 1794 se casó con Juan Crisóstomo López Fernández de Heredia, conde y señor de Bureta, matrimonio que había sido pactado mucho tiempo atrás. El conde murió muy pronto, en 1805, dejando a una joven viuda de 30 años.

Los Sitios de Zaragoza

En 1808, comenzó la Guerra de la Independencia y el primero de Los Sitios de Zaragoza, fecha por las que la condesa está más ligada, si cabe, a las memorias de la ciudad de Zaragoza, unos momentos por los que siempre será recordada. Ésta es una heroína con una gran unión al pueblo al que no sólo no abandonó, sino al que formó y dirigió en un cuerpo especial femenino en el encuentro contra los franceses. “El Cuerpo de las Amazonas” se encargaba de socorrer a los heridos y también de conseguir víveres y municiones para los combatientes. Pero, ¿dónde realizaban todas estas tareas? En su casa. Convirtió su domicilio en un hospital y también en un asilo para todos los que lo necesitaban porque la guerra había destruido sus posesiones.

El actual Conde de Bureta enseña los archivadores de correo

Pero esto no le pareció suficiente y cogió las armas, empuñándolas en ocasiones de gran peligro. Un comportamiento de heroína en un mundo de guerra que parece ser sólo de hombres.

En noviembre de 1808, una vez finalizado el primer Sitio de Zaragoza, volvió a casarse con Pedro María Ric y Monserrat, a quien conoció por las tertulias que se organizaban en su casa. El marido de la condesa era barón de Valdeolivos y regente de la Real Audiencia de Aragón, era algo mayor que ella. Además, era licenciado en Humanidades por la Universidad de Huesca, en donde dio clases.

Llegaron los franceses y después de mucho luchar, al final consiguieron la conquista de España. Durante la capitulación de Zaragoza, el 20 de febrero de 1809, el mariscal francés Lannes permitió a la condesa y su familia abandonar la ciudad para trasladarse a Cádiz. Una vez concluida la guerra, la condesa de Bureta volvió a Zaragoza y fue condecorada por Fernando VII con todas las distinciones concedidas a los defensores de la Patria.

El comportamiento que tuvo la condesa de Bureta con Zaragoza fue ejemplar y extraordinario. Una heroína que demostró el amor por su pueblo de la mejor forma posible: formando parte de él.