Apudepa pide a los ciudadanos que rechacen el derribo del Fleta a través de una recogida de firmas

Apudepa ha puesto en marcha este lunes una campaña de recogida de firmas bajo el lema “Salvar el Fleta es posible”. Desde esta asociación se defiende que el teatro Fleta es uno de los edificios modernos más importantes de Aragón y se opone a que la DGA lo derribe y lo venda a la SGAE.

Zaragoza.- Apudepa ha puesto en marcha este lunes una campaña de recogida de firmas bajo el lema “Salvar el Fleta es posible”. Desde esta asociación se defiende que el teatro Fleta además de ser uno de los edificios modernos más importantes de Aragón y estar catalogado, no está en ruinas, sino que está en obras. Por este motivo se opone a que la DGA lo derribe y lo venda a la SGAE.

Desde esta asociación se recuerda que el teatro Fleta se encuentra registrado por la fundación internacional Docomomo Ibérico y protegido por la ley de patrimonio y la normativa urbanística vigente. Por este motivo, se da la oportunidad a que la ciudadanía participe en esta campaña que se despliega a través de Internet en la dirección a www.apudepa.com.

El arquitecto y miembro de Apudepa, Carlos Bitrián, ha justificado esta recogida de firmas puesto que “las instituciones científicas ya están sensibilizadas y lo que nos falta es que los ciudadanos puedan reclamar ahora al Gobierno de Aragón la continuación del proceso de rehabilitación del teatro Fleta”. Durante varios meses se hará acopio de las firmas, que posteriormente se presentarán ante la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza. La asociación se compromete a no usar los datos para nada más que esta campaña y a no hacer públicos los nombres de los firmantes para “evitarles problemas”.

Apudepa acusa al Gobierno de Aragón de faltar a la memoria de sus declaraciones a la prensa y de haber detenido la rehabilitación del edificio en el momento más crítico del proceso para poder justificar el derribo del Teatro. Pero desde la asociación se considera que si las obras continúan, el Fleta se podrá recuperar.

Además se ha hecho constar que esas obras del proyecto de Basilio Tobías que se realizaron en su día, tuvieron un coste y que sería lamentable perder ese dinero. “Se ha realizado un 10%, como por ejemplo la cimentación que recogía, el refuerzo de las cimentaciones y la estructura metálica añadida al edificio. Ese es un dinero que el Gobierno de Aragón ya ha gastado y que, si ahora se derruyera el teatro, se habría dilapidado”. Se trata de seis millones de euros, por lo que desde esta asociación se considera que “habría que pedir responsabilidades a todo el Gobierno de Aragón en bloque”.

Un camino con muchos escollos

Hasta llegar a su adquisición por la DGA y al inicio de su definitiva reforma, el Gran Teatro Fleta de Zaragoza ha sufrido diversos avatares. En diciembre de 1981 se otorga una licencia para su derribo y Bellas Artes lo paraliza, en diciembre de 1986 el Ayuntamiento de Zaragoza lo cataloga como de interés en el PGOU, con lo cual se evita su derribo. Tras una sentencia del Tribunal Supremo, que autoriza su derribo, y una oferta de compra del ayuntamiento, el consistorio modifica el PGOU para descatalogar el edificio y autorizar la construcción de viviendas, mientras que, en mayo de 1994, la Comisión Provincial de Patrimonio de la DGA prohíbe la descatalogación.

Tras las elecciones de mayo de 1995, DGA y ayuntamiento, ambos del PP, se comprometen a solucionar el problema. Al margen de que en octubre de 1995 el gobierno municipal de Luisa Fernanda Rudi, por entonces alcaldesa, solicite la descatalogación y de que la DGA esté en contra, sin olvidar que en junio de 1998 vuelva a rechazar la descatalogación, en agosto de 1998 la DGA anuncia la compra del teatro y en diciembre de 1998 lo adquiere a la sociedad limitada Inmuebles GTF, controlada por la familia Parra.

Por otra parte, si el 14 de enero es la última sesión de cine, el tres de octubre de 2000 el arquitecto Basilio Tobías gana el concurso de rehabilitación, mientras que las obras comienzan en agosto de 2001. Un espacio que se amplía con la compra de una nave, con 280 metros cuadrados y una altura de 7 metros, y del pasaje que da entrada al teatro por la calle Azoque. Se incorporan, pues, 350 metros cuadrados.