El obispo de Barbastro agradece el apoyo de la DGA en los bienes pero dice que aún no requiere ayuda institucional

El obispo de Barbastro, Alfonso Milián, ha agradecido a la DGA y a su presidente, Marcelino Iglesias, su "apoyo" en el litigio de los bienes, asegurando que "en su momento, si hiciera falta, recurriría a él"; aunque por ahora se queda con la "buena noticia" de que la Diócesis de Lérida ha vuelto a reconocer el deber de devolverlos.

Zaragoza.- El obispo de la Diócesis Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, ha agradecido hoy el “apoyo” que le ha brindado el Gobierno de Aragón y su presidente, Marcelino Iglesias, en el contencioso de los bienes religiosos, aunque ha admitido que por ahora no requiere el amparo institucional.

“En su momento, si hiciera falta, recurriría a él”, ha declarado, señalando que hoy por hoy se queda con la “buena noticia” de que la Diócesis de Lérida ha vuelto a reconocer la obligación de devolverlos las 113 obras de arte a las parroquias aragonesas. Milián ha reconocido que las relaciones entre ambos obispados “son cordiales y constantes” y que las dos trabajan conjuntamente para la resolución del conflicto.

Como una “buena noticia” ha valorado Alfonso Milián la carta que el administrador apostólico de Lérida, Xavier Salinas, enviaba a los párrocos de la Diócesis ilerdense para ser leída ante los fieles en la misa de este domingo, 23 de diciembre. En este escrito, Salinas reflexiona sobre el litigio de los bienes en seis puntos concretos y reconoce que Lérida tiene la obligación de devolver las piezas y obedecer a la voluntad de la Iglesia.

En primer lugar, el también obispo de Tortosa admite que el pleito “no es el centro de la acción pastoral” del Obispado de Lérida, aunque asevera que es necesario afrontarlo “con paz y dignidad”. Asimismo, reconoce que las relaciones con Barbastro-Monzón son “muy cordiales”.

Seguidamente, el obispo de Lérida reconoce que todas las resoluciones de la Iglesia respecto al litigio “han sido favorables a la tesis de Barbastro-Monzón”, por lo que señala que la Diócesis de Lérida “tiene la obligación de tramitar a las parroquias de Barbastro, de las cuales proceden, las obras de arte en cuestión”.

El obispo de Barbastro ha añadido que agradece el comunicado de Lérida, que además “está avalado por el Consejo Presbiteral y el Colegio de Consultores de la Diócesis catalana”. Repite que “esos bienes hay que entregarlos a Barbastro-Monzón” y que el hecho de que Lérida lo admita es “una noticia que agradecemos y que luego va a exigir nuevos pasos. Pero de momento, en estas fechas de Navidad, me quedaría con esta buena noticia que nos alegra el corazón”, ha dicho. A la hora de preguntar a Milián por esos nuevos pasos a dar, el obispo sólo ha apuntado que “lo tengo que pensar”.

La Generalitat catalogó las piezas como una colección protegida

La ley catalana de patrimonio cultural

En el escrito, Xavier Salinas echa la culpa -en el tercer punto del comunicado- de las dificultades en el trámite de devolución a la Generalitat de Catalunya, manifestando que la Diócesis de Lérida tiene las obras adscritas al Consorcio del Museo Diocesano de Lérida, que está participado por la propia Generalitat catalana, la Diputación de Lérida, el Ayuntamiento y el Obispado ilerdense, y el Consejo Comarcal del Segriá.

Además, Salinas añade que la Generalitat catalogó en su día las piezas como una colección protegida por la Ley de Patrimonio Cultural catalana, aseverando que la Iglesia “no puede, ni quiere, esquivar las leyes civiles”. Asimismo, relata en el cuarto aspecto del escrito que su antecesor, el obispo Ciuraneta, “pidió a la Generalitat que descatalogara las obras para poderlas entregar”.

Salinas afirma en el quinto punto de la carta que el contencioso es una “cuestión compleja desde el punto de vista jurídico”, y que la Diócesis catalana no quiere ignorar los decretos del gobierno eclesiástico, al que debe “respeto y obediencia” pero que tampoco puede hacer caso omiso a las normas civiles.

Finalmente, el administrador apostólico de Lérida dice que la Diócesis que dirige hará “todos los esfuerzos” para poder ejecutar la voluntad de la Iglesia.

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