Lérida inaugura su Museo con el propósito de compartir sus piezas con Aragón

El nuevo Museo de Lérida ha abierto este viernes sus puertas después de un trabajo “cargado de legimitidad y un ejemplo de las mejores prácticas posibles en cada momento. Y tenemos la documentación”, ha subrayado el conseller de Cultura de la Generalitat, Joan Manuel Tresserras. Además, ha propuesto “compartir esta instalación” porque “no queremos que incomode a nadie”.

Lérida.- “La verdad es que si las diócesis se pusieran de acuerdo facilitarían mucho las cosas, sinceramente. Yo estoy seguro de que entre los gobiernos nos pondremos de acuerdo”. Ha dicho el conseller de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Joan Manuel Tresserras, durante la inauguración este viernes del nuevo Museo de Lérida. Un espacio de más de 6.800 metros cuadrados que ha abierto sus piezas con más de una decena de piezas procedentes de las parroquias aragonesas, a pesar de las misivas enviadas por el presidente Iglesias para evitar esta “provocación”.

“No haberlas expuesto significaría incorporar la idea de que aquí hay alguna anomalía”, ha advertido Tresserras. Y ha continuado: “Son estas piezas porque son las que los expertos dictaminaron que servían al discurso del museo. No hay ningún calco político. El discurso del museo es un discurso de rigor académico y que tenga razones y criterios profesionales, no hay ninguna otra consideración”.

Ningún representante catalán ha querido valorar la ausencia de políticos aragoneses en el acto, aunque muchos han tenido palabras para procurar el acuerdo entre ambos gobiernos: “Creo que hemos de llegar a mecanismos de colaboración. La propiedad de las piezas debe determinarla el tribunal de La Rota, pero independientemente de ella, hemos de llegar a un proyecto museístico común, a un convenio de colaboración, a una itinerancia de las obras que haga que unas obras de arte que ayudan a explicar nuestra historia sirvan para unir”, ha señalado el alcalde de Lérida, Ángel Ros. Y ha repetido hasta dos veces: “Éste es un museo de todos y para todos”.

El propio Tresserras ha asegurado que había mantenido conversaciones con el Gobierno de Aragón y se ha mostrado convencido de que “tendremos posibilidades de entendimiento y de trabajo conjunto no sólo en materia museística sino también en el conjunto de la actividad cultural". Además, ha disculpado la ausencia de representantes aragoneses en el acto debido a la imagen vertida en la opinión pública de que “aquí hubo una práctica anómala”. Sin embargo, el conseller ha insistido que el trabajo previo a la inauguración del museo ha sido “un trabajo cargado de legitimidad y un ejemplo de buenas prácticas. Y tenemos la documentación. Se actuó con legitimidad y no hay en ningún caso ningún atisbo de expolio, aunque la sentencia del Vaticano haya hecho caso omiso a esas fuentes de legitimidad”.

Un museo con dos sedes

También el conseller ha propuesto que pueda haber un museo en dos edificios distintos, en Lérida y en Barbastro: “Estamos dispuestos a compartir esta instalación y la queremos compartir. No queremos que incomode a nadie, sino que pretendemos homenajear a aquellos que actuaron pulcramente”. Y ha continuado: “Haremos lo posible para mejorar la comunicación con el Gobierno de Aragón y también para que la relación entre el Obispado de Lérida y el de Barbastro-Monzón sea también mejor. Me consta que la actitud del obispo Salinas es de absoluta buena disposición, así que confío en que haya un mejor entendimiento entre los dos obispados”.

Mientras que el obispo administrador, Xavier Salinas, ha comentado en su discurso: “Trabajaré para que la unidad de las iglesias quede patente y trabajaré para que los legítimos derechos, nuestros y de todos, sean salvaguardados. Y que todos colaboremos mutuamente desde el respeto a la única misión que nos convoca esta obra cultural, mostrar la belleza”. Al terminar su intervención, no ha querido concretar más: “No tengo más que decir, cuando tenga algo más que decir, lo diré”.

Un total de 18 millones de euros ha costado la construcción del nuevo Museo de Lérida que, a pesar de tener cerca de 10.000 piezas en depósito sólo expone un millar que pretenden explicar la historia de la zona, entendiéndola con todas las localidades que formaban la diócesis antiguamente, como puntualiza un mapa explicativo en una de las salas. Los frontales del Salvador de Berbegal, de San Vicente de Treveserra y de Buira, la arqueta de Buira, el Nacimiento y la Epifanía de Binaced, el Calvario de Tamarite de Litera y el San Juan Bautista de Zaidín son algunas de las piezas procedentes de Aragón que engrandecen la calidad de un museo que quieren compartir con los aragoneses como medida de generosidad.

Detrás de esa actitud al acuerdo y al diálogo, se escondía un claro convencimiento que ha manifestado claramente la directora del Museo, Montserrat Macià: “A pesar de todos los problemas nos hemos mantenido, como dice la canción, tozudamente alzados, aunque en pie de paz”.

Pantocrator de Santa María la Blanca de Berbegal

La opinión de la calle

Los muchos vecinos de Lérida que este viernes se han acercado a los alrededores del nuevo espacio museístico también apostaban por el acuerdo, aunque desde posturas encontradas. “Algunas piezas han sido compradas, otras cedidas… no se puede generalizar. Lo importante es que las piezas se han conservado y lo que tiene que hacer el Gobierno de Aragón es ocuparse del patrimonio de Aragón y que las piezas que están aquí, sean de Aragón o de Lérida, están bien guardadas y las puede ver todo el mundo. Eso es lo importante”, decía Arturo Calbetó.

“Según tengo entendido –comentaba Mari Pellí- son piezas adquiridas por Lérida hace tiempo. Se tendrían que sentar todas las partes con serenidad… Si están los documentos que acreditan que son propiedad de Lérida, esos documentos tienen que tener alguna validez”. Y añadía una aragonesa residente en la ciudad catalana, Primi Calvo: “Me parece que sería justo que se entendieran. Y si el Gobierno de Aragón tiene que pagar algo por haberlas restaurado… Si las piezas son de Aragón pues que se entiendan los dos Gobiernos y los dos diocesanos…”.

También los ciudadanos consideran que el litigio de los bienes preocupa más a los políticos que a la sociedad civil, como apuntaba Raúl Balsera, quien ofrecía, además otro punto de vista como arqueólogo del Museo: “Se intentará exponer aquí y se intentará exponer también en Aragón, no creo que haya ningún problema, salvo que se está politizando un poco. Esto del arte es para unir, el arte es de la sociedad, tal vez mañana estará allá y perfectamente, cuanto más cerca de su zona mejor para los materiales, desde luego”.