Zaragoza.- La nueva consejera de Servicios Sociales y Familia, la socialista Ana María Fernández Abadía, ha destacado que afronta el nuevo reto de ser titular de un Departamento gubernamental sabiendo que hay “muchísimo trabajo, porque ha crecido la Consejería y se suma Inmigración y Cooperación al Desarrollo”.
Su nombramiento como consejera ha motivado su renuncia al cargo de vicepresidenta primera de la Mesa de las Cortes de Aragón y parlamentaria, cargos que desarrolló en la VI Legislatura y en los que fue reelegida tras las elecciones del pasado 27 de mayo. No obstante, ha comentado que tiene un “gran reto por delante”, como es el desarrollo de la Ley de Dependencia, fin para el cual se apoyará en el “diálogo” con el resto de fuerzas políticas, Administraciones Locales y entidades sociales.
Así, su principal objetivo se basará en dar un impulso de “liderazgo público a las políticas sociales” en esta legislatura y lograr “consensuar en la mayor medida posible” la gestión de los Servicios Sociales en la Comunidad, ya que son las políticas que van directamente a “beneficiar a las personas y más a las que tienen problemas”, ha dicho.
“Tengo la intención de poner rápidamente en marcha el Sistema de Atención a la Dependencia”, ha manifestado como prioridad, así como desarrollar la Ley Integral de Prevención y de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género y la Ley de Juventud, recientemente aprobadas en las Cortes de Aragón.
“Mi idea es trabajar en coordinación con todos los agentes que se mueven en este ámbito, las entidades sociales y las Administraciones Locales”, responsables estas últimas de los Servicios Sociales de base, y trabajar “siempre con el diálogo”, ha recalcado.
