Los aragoneses pagan sólo el 60% de lo que cuestan los servicios del agua en las ciudades

Los usuarios urbanos de Aragón financian sólo un 60% del gasto de los servicios del agua, lejos de lo establecido en la Directiva Marco, que obliga a repercutir la totalidad de los costes. Sin embargo, la Comunidad está más cerca del objetivo europeo gracias al pago del canon de saneamiento que todavía no está aplicado en toda España.

Zaragoza.- La Directiva Marco del Agua marca las políticas hídricas del Gobierno español por medio de la obligación de establecer unos caudales ecológicos en todos los ríos para 2015. Por ello, una de las premisas que se deben cumplir es la repercusión de los costes de los servicios del agua en los usuarios. Una situación que está muy lejos de cumplirse, según develan una serie de estudios realizados por el Ministerio de Medio Ambiente con la colaboración de regantes, Confederaciones Hidrográficas, asociaciones ecologistas y usuarios.

En lo que respecta a Aragón, los informes desvelan que, a nivel de los costes de los servicios del agua, en el Ebro los usuarios urbanos financian sólo un 60% del gasto total. Una situación que el secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano, ha ejemplificado asegurando que “se paga hasta 300.000 veces más por un botellín de agua embotellada que por la misma cantidad de agua del grifo”.

Sin embargo, en la cuenca del Ebro la repercusión de los costes es mayor que en otras cuencas españolas “gracias al canon de saneamiento”, ha explicado el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, CHE, José Luis Alonso.

La repercusión de los costes de los servicios del agua, impuesta desde la Unión Europea, pretende redireccionará el consumo debido a la escasez del recurso y su sobreexplotación. “El incremento del precio produce una reducción del consumo aunque, debido a que no se aplica el 100% del coste de los servicios del agua, esta tendencia es muy pequeña”, ha señalado Serrano.

Agricultura 

No obstante, el consumo de agua en abastecimiento urbano tiene escasa incidencia, puesto que representa sólo del 8%, frente a la agricultura en la que se emplean dos tercios del total.

En este ámbito, Aragón pertenece al grupo de regiones en el que el mayor consumo de agua se produce en la agricultura. Pero se trata de un uso “claramente ineficiente”, ya que prácticamente el 58% del consumo del agua produce el 5% del valor añadido bruto, frente a otras explotaciones que consumen sólo el 10% del recurso hídrico y producen el 75%, según ha señalado Serrano.

“La productividad en la agricultura es muy diferente entre el regadío y el secano”, con una relación de 1 a 4,4, según ha explicado Serrano, por lo que la transformación agraria de secano a regadío multiplica por 4,4 la rentabilidad. Otro aspecto importante es que se emplea gran cantidad de recurso hídrico en cultivos de escasa rentabilidad. Además, los costes del riego son muy diferentes según se obtengan por agua de superficie o de pozos, hasta cinco veces más en este último caso.

Atendiendo a la repercusión de los costes en los usuarios, en la agricultura aragonesa tampoco llega a la totalidad, pero según Alonso, “se está trabajando en el buen camino”. “A los regantes se les repercute el 80% de los costes totales incluyendo inversiones en modernización de regadíos y nuevos regadíos”, ha señalado Alonso. Las conducciones hasta pie de parcela se repercuten en un 72%, y el otro 28% está compuesto por las ayudas de la Administración para modernizar los cultivos, ha añadido.

Estrategias

En general, atendiendo a los usos del agua, Serrano ha advertido que “de seguir con la tendencia de la sociedad actual en el consumo de agua, en 2015 haría falta 10.000 hectómetros cúbicos más que en 2001”. Por eso, se introducen modificaciones en la Ley de Aguas para mejorar la productividad y la racionalidad, incluyendo la traslación de costes.

Dentro del programa AGUA 2006-2009 se han establecido una serie de políticas, asociadas a reducir la tensión en el mercado hídrico, ha señalado Serrano. Entre esas medidas se encuentra la introducción de desaladoras, el fomento de la reutilización, la modernización de los regadíos y el tratamiento de calidad de las aguas.

Estas declaraciones se han producido en la celebración del seminario “Políticas para la recuperación de costes de los servicios del agua”, organizadas por la Fundación Biodiversidad. Una sesión que ha tenido lugar este miércoles en la Cámara de Comercio de Zaragoza.