Zaragoza.- Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) descartan que Cecilio Giménez sea un enfermo mental y consideran que "sabía lo que hacía" cuando, presuntamente, mató de un disparo al vecino de Épila Javier M. el 3 de febrero de 2018. Así lo han explicado en la última sesión del juicio con jurado popular que se ha celebrado esta semana en la Audiencia de Zaragoza.
"Pudo realizar cosas distintas a lo que hizo", ha explicado uno de los forenses al jurado. Este especialista ha destacado que "no hay arrepentimiento" en el acusado y que este les "negó los hechos" e hizo "maniobras de encubrimiento": "Habló de presiones de la mafia, de la CIA, etcétera".
Por su parte, las forenses del Juzgado de Primera Instancia de La Almunia de Doña Godina han descrito que la víctima no presentaba heridas de defensa sino un orificio de bala en la cara anterior del hombro izquierdo, fuera de la axilia. El impacto llegó a perforarle el pulmón, provocando que se desengrara. No fue una muerte inmediata, pero sí se produjo "en pocos minutos" y fue "prácticamente inevitable".
La Guardia Civil sitúa el disparo a 30 centímetros del cuerpo de la víctima y, por el estudio del proyectil que quedó encajado en una de las vértebras del fallecido, no descartan que el arma pudiera estar manipulada. No obstante, no han podido confirmar al 100% el extremo al no disponer de dicha arma puesto que no se localizó tras el crimen.
El acusado dice que tiró el arma a un contendor